El debut homónimo de Queen no logró levantar el pulso al público en general. Su segundo álbum provocó el interés de un número cada vez mayor de oyentes. Pero el tercer trabajo de estudio del grupo, «Sheer Heart Attack», marcó el camino indicado.
En retrospectiva, el ascenso de Queen parece completamente voluble. Sin embargo, Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon habían dedicado casi media década de duro trabajo a desarrollar su sonido y perfeccionar sus talentos desde las primeras manifestaciones del grupo en 1970.
Primero llegó un demo de cuatro canciones en febrero de 1971, luego su primer concierto en julio, seguido por un acuerdo de representación en 1972 que les dio casi vía libre para experimentar en Trident Studios. Eso resultó en un contrato de grabación con EMI y engendró esos dos discos iniciales. Aun así, los jóvenes Queen tuvieron que soportar críticas muy variadas y demostrar su valía en el escenario durante los dos años siguientes, realizando numerosas giras por el Reino Unido, incluida una famosa actuación como teloneros de sus buenos amigos Mott the Hoople.
También hicieron su primer viaje a los Estados Unidos, aunque este se vio interrumpido bruscamente por una enfermedad grave que marginó temporalmente a Brian May. La banda tuvo que empezar a trabajar sin él en las sesiones de lo que se convertiría en «Sheer Heart Attack», pero May, afortunadamente, se recuperó para aportar sus contribuciones, tanto instrumentales como compositivas, a este LP tan intrigante y excéntrico.
Publicado el 8 de noviembre de 1974, «Sheer Heart Attack» comenzó con un toque de música carnavalesca, invitando a los oyentes a salir corriendo al circo con Queen. Es fácil ver por qué tantos lo hicieron.
Entre las principales atracciones se encontraban la sinfonía de guitarra de May «Brighton Rock», la grandilocuencia de «Now I’m Here» y la deslumbrante extravagancia de su single doble platino «Killer Queen». Pero también se incluyó la descarada «Tenement Funster» de Taylor, que se fusionó directamente con el cinismo de «Flick of the Wrist» y fluyó sin problemas hacia la sorprendentemente frágil «Lily of the Valley».
El lado B llevó este enfoque musical a alturas aún más atrevidas. Queen abrió con la desconcertante «In the Lap of the Gods» y la convulsión de speed-metal de «Stone Cold Crazy» antes de asentarse en la relajante «Dear Friends» de May y la primera contribución increíblemente madura de Deacon a Queen, «Misfire». Luego, con la misma rapidez, Queen cambió de rumbo y pasó a la curiosidad ragtime de «Bring Back That Leroy Brown», la fantasía glam de «She Makes Me (Stormtrooper in Stilettos)» y, finalmente, a la repetición de «In the Lap of the Gods… Revisited».
En definitiva, «Sheer Heart Attack» era a la vez esquizofrénico y holístico. Este éxito internacional Top 20, disco de oro, estableció el modelo aventurero que sedujo a los fans y los mantuvo alerta cada vez que un nuevo álbum de Queen llegaba a las bateas de las disquerías, cada uno con sorprendentes dones de imaginación extravagante y brillante composición.
A medida que pasaba el tiempo, los futuros álbumes de Queen se jactaban de éxitos más grandes y material aún más consistente. Sin embargo, «Sheer Heart Attack» cristalizó su estilo inimitable, al mismo tiempo que mostraba el camino a seguir para la banda. Nunca miraron atrás.