El tercer y último álbum de estudio de Nirvana, «In Utero», es recordado con cariño por la mayoría de los amantes del rock como un disco irascible y clásico. Pero cuando nació hace 25 años, el 21 de septiembre 1993, fue visto como un hijo problemático, por decir lo menos.
Hubo algunos ejecutivos de la compañía discográfica Geffen que preferirían que el proyecto permaneciera «en el útero» para una gestación más productiva y más comercial. Muchas notas de prensa sobre la difícil escucha del disco ya se habían acumulado en los meses previos al bendito evento, con una palabra provocadora que se destacaba: «indescriptible». Las primeras críticas y la reacción de los fans cuando finalmente apareció tampoco fueron universalmente extáticas. Muchos fans consideraban que esta sería la obra maestra de Nirvana pero ¿era así?.
Para bien o para mal, «In Utero» parecía ser en ese entonces -y lo sigue pareciendo ahora- la representación más precisa de cómo sonaba dentro de la cabeza de Kurt Cobain, es decir, un buen lugar para visitar, pero en el que no necesariamente querrías vivir. Ciertamente Kurt tampoco vivió ahí, ya que se suicidó solo seis meses después de que este material fuese lanzado.
El título original del álbum era «I Hate Myself and I Want to Die», que fue rechazado por ser demasiado provocativo y de humor negro, y no por ser demasiado profético. «Eso es presionar demasiado», dijo el bajista Krist Novoselic en ese momento, según el biógrafo Michael Azzerad. «Si los niños se suicidan, nos van a demandar a nosotros».
Naturalmente, Cobain derivó hacia algo menos literal y más poético, y optó por el título basado en biología y las imágenes de la portada. Pero para el líder, la biología no era solo destino, era agonía.
Como Azzerad señaló sobre el álbum en su libro «Come As You Are: The Story of Nirvana»: «Un tema médico recorre la mayoría de las letras… Virtualmente cada canción contiene alguna imagen de enfermedad y dolencia, y en el transcurso del álbum, Kurt alude a: quemaduras de sol, acné, cáncer, mala postura, llagas abiertas, dolores de crecimiento, resacas, anemia, insomnio, estreñimiento, indigestión». En el momento del lanzamiento, el autor le señaló esto a Cobain, quien le respondió: «Siempre soy el último en darme cuenta de estas cosas, como la forma en que usé las pistolas en el último disco. No quise convertirlo en un álbum conceptual».
Buscar otros caminos
Al principio, definitivamente había un concepto para «In Utero», aunque estrictamente sónico: proponer algo que fuera lo menos parecido posible a «Nevermind», el disco que cambió el rock ‘n’ roll y que había sido publicado dos años antes.
Eso puede parecer contra-intuitivo, y sin dudas lo fue para la compañía discográfica. Pero la frase «si no está roto, no lo arregles» sería la última máxima que se le habría ocurrido al trío, que se había inquietado bastante porque «Nevermind» representó un total éxito de ventas.
Hoy en día, los miembros sobrevivientes de Nirvana están muy a gusto con aquel álbum de referencia. «Me llevó 20 años darme cuenta de que ‘Nevermind’ era un gran disco», dijo Novoselic a Mojo en 2013.
Pero en ese momento, sentían vergüenza de aquel éxito. En 1993, Novoselic llegó a describir a «In Utero» como «una prueba de fuego para nuestra audiencia… En términos de atracción dominante, no tendrá el brillo de ‘Nevermind'». El odio de Cobain por el sonido del álbum que lo hizo famoso era más pronunciado. «Nunca escucho ‘Nevermind'», dijo en 1993. «No lo he escuchado desde que lo sacamos. Eso dice algo. No soporto ese tipo de producción y no escucho bandas que tienen ese tipo de producción, sin importar lo buenas que sean sus canciones. La compañía discográfica quiere otro ‘Nevermind’, pero prefiero morir antes que hacer eso».
Fue, en parte, una reacción al brillo que el productor Butch Vig había puesto en ese disco de avanzada, y también una respuesta al éxito en general. «Lo primero que hicimos cuando ‘Nevermind’ se volvió tan grande fue cancelar todo y escondernos», dijo el baterista Dave Grohl al Observer en 2013. «U2 y Guns N’ Roses querían que saliéramos de gira con ellos, Lollapalooza quería que encabezáramos todas sus fechas, y pensamos: ‘Vámonos a casa y llevémonos la pelota con nosotros. Se terminó el partido'».
Cuando llegó el momento del sucesor, la decisión fue ponerse en contacto con el productor Steve Albini, reconocido por ser intransigente en su trabajo con una serie de bandas indie sin presupuesto, así como por producir un par de exitosos álbumes de las admiradas bandas Pixies y Breeders. «Creo que lo mejor que podrías hacer en este punto es exactamente lo que estamos hablando: grabar un disco en un par de días con una producción de alta calidad pero mínima, sin interferencias. Si eso es lo que querés hacer, me encantaría estar involucrado», dice una carta enviada por Albini a Nirvana que se reproduce en la reedición de «In Utero» de 2013. La misiva, de principios de 1993, cierra diciendo: «Si un disco toma más de una semana en terminarse, alguien la está cagando».
Según ese rígido estándar, la grabación de «In Utero» fue bastante frustrada: ya que tomó casi dos semanas.
La grabación
Entraron en los Pachyderm Studios en Cannon Falls, Minnesota, el 12 de febrero de 1993, y el trío vivió y trabajó en el complejo hasta el 26, sin gente del sello discográfico alrededor y con solo una persona del mundo exterior: Courtney Love. No había drogas, según contó Grohl en declaraciones a «All Songs Considered» de NPR en 2013. «Había dejado de fumar marihuana, más o menos en 1990. Así que era un tipo sobrio. Además, ¿dónde diablos vas a conseguir hierba en pleno invierno fuera de Minneapolis? ¡No estábamos haciendo un disco en Tuff Gong! Quiero decir, estábamos concentrados, eso es lo más gracioso. Creo que tal vez la reputación que tiene Nirvana es que éramos tres Sid Viciouses, Viciousuzzes… ¿cómo podrías pluralizar eso? ¿Viscii?».
Novoselic dijo que después de los ensayos, la mayoría de las canciones caían en uno, dos o tres canales como máximo. Cobain sobregrabó su voz hacia el final de las dos semanas. La banda estaba encantada con el resultado. Su sello discográfico, Geffen, y la compañía de management, Gold Mountain, no tanto -al menos según los relatos de aquel momento-. Albini sigue molesto por aquella reacción inicial.
«A los adultos no les gusta», le reprochó Cobain a Azzerad en los meses previos a la publicación, con adjetivos como «inescuchable» y «desparejo». Pronto la prensa recogió la tensión entre Nirvana y sus intereses comerciales. «El sello discográfico encuentra poca felicidad en lo nuevo de Nirvana», decía un titular en el Chicago Sun-Times en abril de 1993. Albini le dijo al periodista Greg Kot: «Geffen y los representantes de la banda odian el disco. Lo consideraron una indulgencia cuando Nirvana pidió grabar conmigo. No tengo fe en que este disco sea lanzado… Suena diferente a cualquier disco que se haya grabado este año. No es un disco para los débiles». Albini agregó que los miembros de Nirvana «estaban entusiasmados con el disco, pero cada persona para la que trabajan les dice que es horrible».
Newsweek escribió una nota sobre el supuesto callejón sin salida, lo que provocó una respuesta furiosa del mismísimo David Geffen. La banda sacó una solicitada de página completa en la revista Billboard para insistir en que no había problemas, citando a Cobain diciendo: «Nuestro sello discográfico no ha presionado para cambiar las canciones que hicimos con Albini. Tenemos un control del 100% sobre nuestra música». Sin embargo, claramente, hubo fuego donde ahora había cenizas. Gary Gersh, ejecutivo de A&R de Geffen, le dijo a Rolling Stone: «La banda sintió que deberían haber trabajado un poco más en el disco, y yo estuve de acuerdo con ellos. Pensé que el sonido del disco necesitaba algo de trabajo. Le pedimos a Steve que hiciera el trabajo; y él se negó. La imagen que Steve pinta, que un gran conglomerado corporativo ha caído a los pies de Nirvana, simplemente no es verdad. Kurt Cobain es como mi hijo».
El mánager y confidente de la banda, Danny Goldberg, también estaba descontento con el productor: «Steve Albini toma la posición de que todo lo que piensa que es bueno es bueno, que es David Koresh. Él es Dios y sabe lo que es bueno. Y si el artista no le gusta, entonces el artista de alguna manera se está vendiendo porque no está de acuerdo con su visión personal».
En este momento, la banda se estaba separando de aquella visión severa de Albini al hacer que Scott Litt remezclara tres de las canciones, dos de las cuales terminaron en el álbum, y la otra fue utilizada como una mezcla para la radio. Cobain entró al estudio y agregó una guitarra acústica y dobló las armonías al primer single «Heart Shaped Box». Las voces fueron subidas unos 3 db, y el bajo se hizo un poco menos sentimentaloide en la mezcla final, según Azzerad.
En lugar de venderse, esto parecía representar una nueva madurez para Nirvana, reconociendo que está bien hacer un pequeño ajuste y aún así seguir siendo el dueño de tu propia alma.
«Para ser honesto», dijo Albini recientemente, «todos aquellos que criticaron mi trabajo en el lanzamiento original de ese disco no estaban en la banda. Nunca tuve discusiones con la banda, por lo que fue muy cómodo trabajar de nuevo en ese material con Krist, Dave y Pat (Smear)«, comentó con motivo de la reedición remasterizada de 2013. «Nunca tuve ningún reparo con ellos y nunca me expresaron ninguna reserva sobre el trabajo que hice o la forma en que manejé las cosas con la banda. Afortunadamente, la participación del sello en el disco esta vez fue puramente consultiva. No hubo un mandato que viniera sobre cómo se suponía que debía manejarse todo. Creo que los sellos discográficos ahora se dan cuenta de que no son tan buenos para decirles a los músicos cómo llevar a cabo sus negocios».
Las luchas de Kurt Cobain
Pero en el pasado, Cobain no estaba haciendo un buen trabajo llevando adelante su propia vida, ya que su adicción a la heroína volvió a tomar fuerza.
«Mi cuerpo está dañado por la música de dos maneras», dijo Cobain a The Guardian en una entrevista realizada en Nueva York el 23 de julio de 1993. «Tengo una irritación roja en el estómago. Es psicosomática, causada por toda la ira y los gritos. Tengo escoliosis, donde la curvatura de la columna vertebral está doblada, y el peso de mi guitarra lo ha empeorado. Siempre estoy con dolor, y eso se suma a la ira en nuestra música. Estoy agradecido, de alguna manera… Mi estómago estaba tan mal que hubo momentos en nuestra última gira donde me sentí como un drogadicto porque estaba muerto de hambre. Hablé con muchos médicos diferentes pero no pudieron averiguar qué estaba mal. Probé de todo: cambio de dieta, pastillas, dejé de beber, dejé de fumar. Nada funcionó, y decidí que si me voy a sentir como un drogadicto todas las mañanas, vomitando todos los días, entonces también podría tomar la sustancia que mata ese dolor. Esa no es la razón principal por la que tomé heroína, pero tiene más que ver con eso que con lo que la mayoría de la gente piensa»
«Había consumido heroína durante un año y medio», dijo, «pero la adicción no se interpuso en el camino hasta que la banda dejó de salir de gira hace aproximadamente un año y medio. Pero ahora las cosas han mejorado. En el último año me he casado y tuve una hija, todo mi estado mental y físico mejoró casi al 100%. Estoy realmente emocionado de volver a salir de gira. Soy totalmente optimista: no me he sentido tan optimista desde que mis padres se divorciaron», contó en aquella entrevista.
Lo que el periodista no sabía era que Cobain llegaba tarde a la entrevista porque casi había tenido una sobredosis esa misma mañana.
Según Anton Brookes, que en ese momento estaba trabajando como publicista de la banda, «subí una hora antes para contactar a todos y ver si todo estaba bien. No fue así. Obviamente, hubo una gran discusión entre Kurt y Courtney. No querrás involucrarte en una disputa de pareja… Podías escuchar que algo raro se rompía… Tenía que seguir yendo entre las habitaciones y el lobby, diciéndoles a los periodistas que las notas se iban a hacer, pero un poco más tarde». En una entrevista con The Fly, Brookes agregó: «Nos dimos cuenta de que debíamos entrar. Entramos corriendo al baño y desplomado detrás del inodoro estaba Kurt con una jeringa en el brazo… azul».
Cobain se recuperó lo suficiente como para finalmente bajar y encontrarse con los periodistas que lo estaban esperando, incluyendo al enviado del Observer, quien describió su estado físico y mental como «100% mejorado». «Créase o no, Nirvana era muy profesional cuando era necesario», explicó el ex publicista.
La fama es puro cuento
En gran parte de «In Utero», Cobain alude claramente a sus problemas para adaptarse al estrellato. «Mucho de lo que tiene que decir está relacionado con mucho de lo que ha pasado», dijo Grohl en ese momento. «Y ya no es tanto la angustia de los adolescentes. Es un juego completamente diferente: la angustia de la estrella de rock». Eso ciertamente se reflejó en las primeras palabras que se escuchan en el álbum: «La angustia adolescente ha dado buenos resultados / Ahora estoy aburrido y viejo».
Pero aunque «In Utero» parezca el álbum conceptual por excelencia acerca de lo arduo que es ser rico y famoso, la mayoría de las preocupaciones de Cobain eran más universales, por no mencionar existenciales. El mismo tema de apertura, «Serve the Servants», se refiere a la crisis desencadenante del divorcio de sus padres, diciendo: «Intenté mucho tener un padre / Pero en cambio tuve un papá / Solo quiero que sepas que yo / ya no te odio más».
Y sin duda podría ser empático, como lo demuestra «Heart Shaped Box», que según Cobain tuvo mucho que ver con el cáncer infantil. «Cada vez que veo documentales o infomerciales sobre niños pequeños con cáncer, simplemente me asusto», le dijo a Azzerad, hablando de la inspiración para ese single. «Me afecta en el más alto nivel emocional… cada vez que lo pienso, me pone más triste de lo que puedo pensar. Cada vez que veo a esos niños pequeños y calvos…». Azzerad contó que Cobain se puso a llorar y tardó medio minuto antes de seguir hablando.
El 5 de abril de 1994, cuando los fans ya se habían dado cuenta de que «In Utero» no era solo un decente sucesor de «Nevermind», sino un nuevo logro para Nirvana, Cobain se suicidó. Tal vez la línea más profética de ese último álbum fue pasada por alto: «No puedes despedirme porque dejé de hacerlo».