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Cumple 35 años el emblemático disco de Los Twist «La Dicha En Movimiento»

17/10/2018 - Retro
Cumple 35 años el emblemático disco de Los Twist «La Dicha En Movimiento»

Corrían los últimos meses de 1983 y los últimos días de la dictadura militar. El 30 de octubre de aquel año, el radical Raúl Alfonsín triunfaba en las urnas y se convertía en el presidente democrático de la Argentina. Por aquellos días, Los Twist grababan su álbum debut. Un disco que marcaría a fuego el rock argentino de los años 80.

Con la vuelta de la democracia, nuestro rock comenzaba a respirar nuevos aires. Pipo Cipolatti y Daniel Melingo habían fundado Los Twist en 1982, poco después de la Guerra de Malvinas. En aquellos días, el grupo compartió escenarios con otros exponentes del rock nacional como Sumo, Soda Stereo y Virus en locales como Zero, Marabú, Einstein y los shows en el Parque Genovés. Charly García llegó a verlos y quedó fascinado con la propuesta, con el desparpajo del grupo, y los invitó a tocar con él. Al poco tiempo los visitó a un ensayo para contarles que tenía todo listo para producirles su primer disco.

Aunque parezca increíble, Pipo Cipolatti (guitarra y voz), Daniel Melingo (guitarra y voz), Fabiana Cantilo (voz), Eduardo Cano (bajo), Gonzalo Palacios (saxo) y Polo Corbella (batería) grabaron este disco en tiempo récord. «Lo grabamos todo en 29 horas y media. A Charly (García) le sobraron unas horas en el estudio y nos llevó derecho a grabar. Hacíamos muchos temas new wave, fue una gran época», contó Cipolatti.

Por su parte, Fabiana Cantilo destacó: “Fue una de las etapas más divertidas de mi vida. Fue algo mágico. No entendíamos nada y nos sorprendió que Charly García accediera a grabar con un grupo desconocido, un buen visionario».

«En tres días hicimos todo», contó García en el libro «Corazones en llamas», de las periodistas Laura Ramos y Cynthia Lejbowicz. «Les pedí que tocaran todo el repertorio de corrido, un tema atrás del otro. Una vez que terminaron, les dije ‘váyanse’. Ahí lo mezclé, llamé a los que hacían falta. Yo puse un tecladito, alguna viola. Fabi cantó divina. Les censuré un par de cosas: en el último tema metían algo de chilenos, judíos. Eran medio heavies, por eso lo saqué».

El nombre del disco surgió de un manual de toxicología de la Policía Federal que tenía en su poder Pipo Cipolatti. Al buscar la palabra «cocaína» la definía como «Raviol. La dicha en movimiento».

“La propuesta es la alegría», contaban por aquellos tiempos. «Nosotros somos dicha en movimiento. Las letras tienen mucho humor y también algo de sátira. Eso sí, nuestras letras dicen cosas que no se escuchan a menudo, no sabemos si por tabú o por qué. Principalmente, la idea es divertirse. Queremos que la gente vuelva a reírse”.

Las revistas especializadas en música le dieron su lugar a la curiosa propuesta. «El grupo hace una música bailable en la que se alternan el twist, el reggae, el rock clásico y otros ritmos. Sus letras apuntan hacia la diversión e ironizan la realidad», escribió la revista Pelo en su anuario de 1983.

“La tapa era una foto de una fiesta, tipo un asalto, con un sofá, músicos con bonetes, serpentinas, copas de martini y algunas chicas», contó Cipolatti sobre la portada. «La fotografía la había hecho Mariano Galperín, amigo de la infancia de Fabián Couto, que en ese momento era nuestro mánager. Pero una de las chicas que estaba en la tapa falleció a los pocos días, y decidimos no usar la foto”.

El diseño de la tapa que todos conocemos estuvo a cargo de Rubén Vázquez, más conocido por el seudónimo de Nebur. “Una noche poco después de haber grabado el álbum, Nebur puso con Letraset en un papel la palabra Los Twist, con todas las letras desaliñadas y me lo dio», recordó Daniel Melingo en el libro “A todo volumen” de Sebastián Ramos. Y agregó: «Me lo guardé en el bolsillo de atrás del pantalón y seguimos de caravana. Terminamos de mañana, en los lagos de Palermo, tomando mate alrededor de una fogata. Pasaron los días y una tarde Rubén me pregunta ’¿Te gustaron las letras para la tapa?’, ‘¿Qué letras?’, le respondí. Cuando meto la mano en el bolsillo tenía un papelito todo doblado. Al abrirlo las letras estaban ajadas y le dije ‘¿Éstas? ¡Están buenas!’. Rubén amplió ese mismo papel, le chantó todo lo otro encima y listo”.

En aquel momento fueron muchos los que siguieron el consejo: «Deja de buscar y baila / Animáte si es que puedes / No te resistas al ritmo / Gira tu cadera y bailarás, con ritmo colocado / Bailarás, con ritmo colosal». Hoy, 35 años después, casi todas las canciones de «La dicha en movimiento» se han convertido en clásicos del rock argentino.