Es fácil decir que «Goodbye Yellow Brick Road» es la obra maestra de Elton John, y es difícil argumentar en contra. Lanzado el 5 de octubre de 1973, el álbum fue el segundo proyecto de estudio que lanzó en 1973 y el séptimo en cinco años. Ah, y era un álbum doble.
Se trata de una cifra asombrosa incluso para los artistas más prolíficos, en una época en la que la naturaleza insaciable de las listas pop exigía un producto constante. Así era la época y tal es su talento. Puede que sea una racha de éxito, calidad y humildad sin precedentes en la historia del rock. Tuvo seis singles número uno en la lista de Billboard en los años 70, solo superado por los Bee Gees.
«Goodbye Yellow Brick Road» no tuvo tiempo suficiente para superar al álbum más vendido de 1973, «The World Is a Ghetto» de War, pero vendió más que todos los demás discos al año siguiente. John ha descripto esa época como una época «antes de que aparecieran las drogas», aunque su posterior sobredosis en Los Ángeles no se produciría hasta 1975. En ese momento, sólo existía la música, el estudio y las giras, una y otra vez.
John escribió la música de la mayoría de las canciones en 20 minutos o menos: «En el tiempo que me llevaría hacer un sándwich», como comentaría más tarde el veterano guitarrista Davey Johnstone. Además, «Goodbye Yellow Brick Road» se completó en sólo dos semanas en Francia, después de un intento fallido de grabar en Jamaica. (Esta fue la fuente de la letra de Bernie Taupin en «Jamaica Jerk Off», sin duda).
La banda se levantaba por la mañana para desayunar, John se retiraba al piano para escribir, aprendían la canción del día y, por lo general, no hacía falta más de cuatro tomas para grabar cada tema. Por supuesto, eso no incluye las sobregrabaciones ni los instrumentos adicionales, y eran muchos.
«Goodbye Yellow Brick Road» es un álbum lleno de producciones ricas y exuberantes, con cuerdas, vientos y efectos de sonido en abundancia en sus 17 temas. Los caballos galopan en «Roy Rogers», un viento helado sopla en «Funeral for a Friend» y una multitud falsa aplaude en «Bennie and the Jets».
Pop, rock, country, reggae, soul y R&B se funden en un maravilloso mosaico rockero. Cada canción tiene su propio poema sinfónico, ya que las letras de Taupin evocan imágenes de un pasado melancólico, a veces doloroso, del que realmente no se puede escapar, sin importar de cuántos caminos de ladrillos amarillos te alejes.
«Goodbye Yellow Brick Road» encuentra a un artista en la cima de su talento, en un momento en el que el mundo estaba a sus pies. John ha tenido innumerables momentos legendarios en su carrera, desde ganar premios Oscar por «El Rey León» hasta entretener a todo Central Park con un disfraz del Pato Donald.
Aún así, puede que no haya ningún disco que capture mejor sus dones que «Goodbye Yellow Brick Road». Es el álbum por excelencia de Elton John.