Mariah Carey está siendo demandada por un promotor de conciertos que afirma que no tenía derecho a «cancelar unilateralmente» sus presentaciones en Argentina y Chile. La demanda fue presentada el miércoles en un tribunal federal de California, publicó The Hollywood Reporter.
En enero del año pasado, Carey demandó a Fenix Entertainment Group por incumplimiento de contrato, alegando que canceló los shows de octubre de 2016 en Argentina y Chile porque el promotor no le pagó la totalidad en la fecha acordada.
Además de responder al reclamo y hacer valer varias defensas afirmativas, Fenix presentó contrademandas contra Carey y su empresa, Mirage Entertainment, por incumplimiento de contrato y difamación.
Fenix, también conocida como FEG, afirma que tiene una larga historia de trabajo con infinidad de artistas y, aunque no siempre cumple estrictamente con los calendarios de pago, a los artistas siempre se les abona en su totalidad por sus actuaciones.
Carey debía presentarse el 28 de octubre de 2016 en Buenos Aires y dos días después en Santiago de Chile, pero para el 25 de octubre de ese año todavía había un gran saldo impago por ambos shows y la cantante decidió cancelarlos. Fenix afirma que había pagado aproximadamente el 75 por ciento de los fondos que debían en ese momento, y se enteró de la decisión de Carey a través de los medios. Según la demanda, la cantante debía dar 48 horas a Fenix para que solucionara el incumplimiento de sus obligaciones antes de que pudiera rescindir el contrato.
«La cancelación unilateral por parte de Carey de las interpretaciones de Argentina y Chile -sólo tres días antes de la presentación en Argentina y menos de una semana antes de la presentación de Chile- constituyó violaciones materiales de sus obligaciones en virtud de cada uno de los acuerdos de viaje», escribió el abogado Robert Allen.
Fenix también afirma que Carey hizo declaraciones falsas y difamatorias en Twitter, sugiriendo que los shows fueron cancelados debido a la negligencia del promotor, lo que causó que sus clientes dudaran de su capacidad de pagar a los artistas.
El promotor está buscando más de 1 millón de dólares en daños y perjuicios derivados de los conciertos cancelados, más otros 2 millones en daños y perjuicios por difamación.