Carlos «Indio» Solari fue invitado a participar del partido de despedida del ex futbolista Juan Román Riquelme, según informó la agencia Télam.
El músico, que aún no respondió la invitación, recibió la propuesta de tocar tres canciones en el estadio de Boca, hecho que -de realizarse- se constituiría en la más resonante aparición pública de Solari desde que anunció su alejamiento de los escenarios, según revelaron fuentes cercanas a ambos protagonistas.
Riquelme, ex jugador de Boca y el seleccionado argentino, programó su despedida para el 12 de diciembre en La Bombonera, en concordancia con la celebración del Día del Hincha de Boca.
El último concierto público del líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota fue el 11 de marzo de 2017 en Olavarría, provincia de Buenos Aires, en el que fallecieron dos personas. Desde entonces emitió algunos pronunciamientos públicos y se conoció la biografía «Recuerdos que mienten un poco», del escritor Marcelo Figueras.
Solari había participado en un documental «Román», dedicado al jugador, dirigido por Sebastián De Caro y estrenado en 2017.
«Ya he escrito mi mirada de cómo jugabas vos al fútbol, no soy técnico pero disfruté mucho del tiempo que jugaste, ni hablar las maravillas que te he visto hacer en el campo de juego», dijo el Indio en aquel material. Luego, agregó: «A mí me gustan los jugadores como vos, como (Zinedine) Zidane, son los que más me gustan».
En marzo de 2018, los dos ídolos se reunieron y el hermano del ex futbolista, Cristian Riquelme, compartió las fotos en las redes sociales.
No fue la primera vez que Riquelme y «El Indio» se cruzaron. Ya habían estado juntos hace algunos años en un palco de la Bombonera, cuando el músico fue a ver un partido del club del que es hincha. Incluso, Román llegó a regalarle una camiseta suya.
“De chico los vecinos me regalaban camisetas de fútbol, para que me hiciese de unos u otros. Yo usé siempre la de Boca. Por los colores, ante todo; la blanca con la banda roja nunca me tiró bola”, contó el Indio en su autobiografía.
Por esos años, cuenta Solari, también jugaba a la pelota en las diagonales de La Plata. “Cerrábamos dos esquinas y éramos veintipico jugando. Al Caimán lo volvíamos loco. El tipo tenía su casa con un portón de metal en el garaje y nosotros, brum, brum: todos los pelotazos contra el portón. Hasta que salía a buscarnos y nosotros rajábamos, cagando. Una vez salió con un cuchillo y, mamita: chau pelota. No lo dejamos dormir la siesta nunca más”.
En su libro, el músico dedicó un párrafo al ex 10 de Boca:
Una carta para Román, el artista
«Un artista, creo yo, desconociendo tal magnitud y aceptando con gratitud ser un músico popular, tiene el deber de cruzar la frontera del sentido común de la sociedad donde se manifiesta. Visitar esa terra incognita las veces que sea necesario para así observar la vida desde un estado de conciencia que escapa con paso rápido de las tradiciones, del legado de los muertos. Sus recompensas son la soledad, el viento recio y transitorio de la pasión y las borracheras provocadas por la belleza ocasional».
«Ahora bien, luego de este parloteo con el que he jugado a describir lo que no me es propio, recién ahora veo que una definición ejemplar y clara me llega para acabar con este intento vano. Y digo entonces: UN ARTISTA ES COMO ROMAN».