Hace unas semanas se supo que el sello discográfico estadounidense Matador había evitado enviar al mercado las copias en vinilo del nuevo álbum de la banda de indie rock Car Seat Headrest, titulado «Teens of Denial». El motivo: un conflicto de licencias.
Ahora se ha informado que 10.000 discos de vinilo fueron destruidos en el proceso, a un costo de al menos 50.000 dólares.
«Teens of Denial» contenía inicialmente una canción llamada «Just What I Wanted/Not Just What I Needed», que tomaba elementos del tema de The Cars «Just What I Needed».
Hace unos meses, Matador recibió la autorización para utilizar fragmentos del clásico de The Cars. Pero poco tiempo antes de la edición del disco, se dieron cuenta de que en realidad la editorial involucrada no tenía derechos para autorizar el uso de la canción, y que Ric Ocasek -cantante de The Cars- se había negado a otorgar el permiso.
Dentro de las siguientes 48 horas, la banda volvió a grabar la canción (ahora, titulada «Now What I Needed») justo a tiempo para su lanzamiento digital, el 20 de mayo. Mientras tanto, las copias físicas tuvieron que ser destruidas momentos después de salir de la fábrica.
«Esto es definitivamente una situación sin precedentes», dijo el director de ventas de Matador, Rusty Clarke, en declaraciones a A. V. Club. «Nunca habíamos tenido que retirar un álbum del mercado. Teníamos ventas anticipadas desde marzo, por lo que se habían acumulado un buen número de pedidos en iTunes, Amazon y Google Play».
La debacle le costó al sello más de 50.000 dólares. «El panorama podría parecer aún más sombrío, ya que esta es también un lanzamiento global», continuó Clarke. «Es un costo sustancial».
«Para el sello, ésta fue una situación de pesadilla», dijo Will Toledo, cantante y líder de Car Seat Headrest. «Estaban todos llorando; nadie estaba contento con esto». Toledo también se pronunció sobre la decisión de Ocasek de bloquear el sampleo.
«Este conflicto no tiene nada que ver con el arte, y eso es lo que realmente me parece mal», explicó Toledo. «Creo que Ric nunca escuchó el álbum o la canción, y eso es lo único que me molesta. Él puede hacer lo que quiera y es su derecho hacerlo. Sin embargo, sólo espero que si alguna vez llego a estar en el lugar en el que él está, y surge una situación como esta, mi primera reacción todavía sea ‘Está bien ¿cuál es la canción?’. En primer lugar me gustaría escuchar y ver de qué se trata, de artista a artista, antes de que sea mi mánager quien me diga que están haciendo algo malo».