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El show de Charly García en el Ritz de Nueva York: Una noche histórica del rock argentino

17/03/2025 - Retro
El show de Charly García en el Ritz de Nueva York: Una noche histórica del rock argentino

El 18 de marzo de 1990, el emblemático músico argentino Charly García llevó su arte al escenario del Ritz, un prestigioso local ubicado en el corazón de Nueva York, marcando un hito en su trayectoria y consolidando su presencia en el ámbito internacional. Este concierto, realizado en la previa del lanzamiento del álbum «Filosofía barata y zapatos de goma» (1990), no solo representó un logro personal para García, quien siempre había soñado con tocar en una ciudad tan icónica para la música mundial, sino que también se convirtió en un testimonio de la universalidad de su obra y del impacto del rock argentino más allá de las fronteras de su país natal.

Contexto y preparación

Para 1990, Charly García ya era una figura consagrada en la escena del rock latinoamericano. Con una carrera que abarcaba hitos como Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán, además de su prolífica etapa solista iniciada en la década de 1980, García llegaba a Nueva York en un momento de transición creativa. Tras el éxito de discos como «Clics modernos» (1983) y «Piano Bar» (1984), su sonido había evolucionado hacia una mezcla de rock más crudo («No toquen»), pop sofisticado («Fantasy») y letras cargadas de ironía y reflexión social. «Filosofía barata y zapatos de goma», su inminente trabajo en ese entonces, encapsulaba esta madurez artística, con canciones como “De mí” y “Filosofía barata y zapatos de goma” que combinaban melodías accesibles con un trasfondo introspectivo.

El Ritz, un venue conocido por albergar a artistas de renombre internacional, ofrecía el escenario perfecto para esta presentación. Con una capacidad aproximada de 1.500 personas, el lugar vibraba con la energía de una audiencia diversa, compuesta tanto por fanáticos argentinos residentes en Estados Unidos como por curiosos locales atraídos por la reputación del músico. García llegó acompañado de su banda “Los Enfermeros”, integrada por músicos de la talla de Fernando Samalea en batería, Carlos García López en guitarra, Hilda Lizarazu en coros y Fabián “Zorrito” von Quintiero en teclados, entre otros. Esta formación reflejaba la versatilidad y el dinamismo que caracterizaban sus shows en vivo.

En una entrevista con Página/12, el productor Fernando Moya recordó que el show en el Ritz se improvisó sobre la marcha: «Estábamos en un festival en Puerto Rico y aprovechamos para bancar Nueva York. Le pedí a Carlos Geniso [Pirín, un argentino radicado allí, gestor de la oficina de Daniel Grinbank y cercano a García desde ‘Clics modernos’] que buscara una sala y consiguió el Ritz a un precio muy barato. Lo llenamos. Al ver la convocatoria el dueño estaba de culo queriéndonos cobrar hasta el aire que respirábamos”.

Desarrollo del concierto

La noche del 18 de marzo comenzó con una atmósfera cargada de expectativa. Según crónicas de la época, como la publicada en The New York Times, el público recibió a García con una ovación que evidenciaba su estatus de estrella de rock, incluso en un contexto tan lejano de Buenos Aires. El setlist, aunque no se conserva un registro oficial completo, incluyó una selección de temas que abarcaban tanto su nuevo material como clásicos de su repertorio. Canciones como “Necesito tu amor” y “No soy un extraño” resonaron con fuerza, mostrando la capacidad de García para alternar entre la intensidad del rock y la sensibilidad de las baladas.

La inclusión de éxitos previos, como «Canción para mi muerte», “Nos siguen pegando abajo” o “Los dinosaurios”, añadió un toque nostálgico que reforzó el vínculo emocional con los seguidores presentes.

El desempeño de García en el escenario fue descripto como magnético. A pesar de su apariencia desgarbada —con anteojos, cabello desordenado y un característico bigote bicolor—, su carisma y energía llenaron el espacio. Alternando entre la guitarra y los teclados, el músico argentino demostró su versatilidad instrumental, mientras que su interacción con la banda destacó la química de un grupo bien ensamblado. Hilda Lizarazu, con su voz distintiva, aportó un contrapunto perfecto a la entrega visceral de García, mientras que el virtuosismo de Samalea y García López elevó la calidad del espectáculo.

Recepción e impacto

El concierto en el Ritz fue un éxito rotundo, tanto en términos de asistencia como de crítica. The New York Times destacó en su reseña del 25 de marzo de 1990 que los 1,500 asistentes cantaron al unísono cada canción conocida, un indicador del arraigo de García entre la diáspora argentina y de su capacidad para captar la atención de un público no necesariamente familiarizado con su obra. La crítica también subrayó la influencia de estilos norteamericanos en su música, desde el hard rock hasta el pop folk de Joni Mitchell, aunque con un sello distintivo que lo diferenciaba de sus contemporáneos.

La presentación de Charly en pleno Manhattan ocupó un lugar destacado en las páginas del Sí de Clarín durante tres semanas consecutivas. Más allá de que el suplemento tomó a Charly como su artista emblemático –por lo menos hasta cierta época, también el Sí fue el sponsor principal de los Gran Rex de «Cómo conseguir chicas» y lo sería también en los de «Filosofía barata y zapatos de goma»–, la cobertura que recibió (aunque sin enviar el diario ningún cronista a Nueva York) explica la trascendencia del acontecimiento para el rock argentino (tocar en pleno Broadway, calle 54, donde estaba el mítico Studio 54, un día antes que Ryuichi Sakamoto y un par de días después que The Jesus & Mary Chain y Alice Cooper), la voluntad de García de promocionar todas y cada una de sus acciones y, consecuencia de lo anterior, el evidente interés del público por todo lo que involucra a Charly.

Para García, este show representó la concreción de un anhelo personal. En entrevistas posteriores, como la realizada con Antonio Gasalla en abril de 1990, el músico expresó su emoción por haber tocado en Nueva York, una ciudad que lo había inspirado profundamente durante la grabación de «Clics modernos». El evento también coincidió con un reconocimiento adicional: días después, el 24 de marzo, la Asociación de Cronistas del Espectáculo Hispanos lo premió como Mejor Actor de Reparto por su papel en la película «Lo que vendrá» (1988), sumando un logro inesperado a su estadía en la ciudad.

Legado

El concierto del 18 de marzo de 1990 en el Ritz permanece en la memoria colectiva como un símbolo del alcance global del rock argentino y de la genialidad de Charly García. Más allá de su impacto inmediato, este evento consolidó la idea de que su música podía dialogar con audiencias diversas sin perder su esencia. Años después, la designación de “Charly García Corner” en Nueva York en 2023, en conmemoración de los 40 años de «Clics modernos», reafirmaría la conexión especial entre el artista y la ciudad.

En conclusión, la presentación de Charly García en el Ritz no fue solo un concierto, sino una afirmación de su lugar en la historia del rock. Aquella noche, el músico argentino no solo llevó su arte a un nuevo público, sino que también dejó una huella imborrable en la intersección entre la cultura latinoamericana y el escenario mundial, demostrando que su legado trasciende fronteras y generaciones.

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