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Escándalo en Tucumán: El show de Viejas Locas que no fue

08/04/2018 - Noticias
Escándalo en Tucumán: El show de Viejas Locas que no fue

Luego de una extensa espera de más de siete horas, finalmente Pity Álvarez salió al escenario a las 6 de la mañana. El club Argentinos del Norte de Tucumán se había preparado para lo que sería la gran vuelta de Viejas Locas, pero todo salió mal. Las puertas se abrieron a las 19, pero para las 23, el escenario seguía a oscuras y la banda sin aparecer.

Pasada la una de la mañana, a través de un video que se proyectó en la pantalla del escenario, Pity le habló a sus fans. “Les habla el Doctor Álvarez para todo Tucumán”, arrancó. Y siguió: “Chicos, tuve un gravísimo problema. Así se los puedo contar en un ratito, puedo llegar en una hora y media, estoy en Buenos Aires yéndome en un avión privado”.

Como era de esperarse, los insultos no se hicieron esperar. Cuando llegó, a eso de las 6 de la mañana, Pity se encerró en el camarín y tuvieron que convencerlo para que saliera a dar la cara.

Con el público entrado en cólera, el cantante apareció en el escenario rodeado de efectivos de seguridad privada, y cuando quiso explicar lo que había pasado, fue recibido con silbidos, insultos y botellazos.

Acto seguido, algunos de ellos prendieron fuego la torre de sonido, mientras otros se subían al escenario para llevarse lo que veían a su paso: equipos, instrumentos, cables.

Pablo, uno de los técnicos que asiste habitualmente a la banda, advirtió que hace varios años que trabaja con Viejas Locas, y que nunca le tocó vivir incidentes como los ocurridos esta madrugada en Tucumán.

Según contó en diálogo con C5N, Álvarez viajó en avión privado desde Buenos Aires hasta la capital tucumana, pero llegó a las 4 de la madrugada y se encerró en su camarín.

«Es habitual que llegue tarde, pero nunca 8 horas. Al escenario salió obligado para tratar de calmar las aguas», explicó.

Además, afirmó que además del incendio de equipos sufrieron robos y algunos de sus compañeros fueron agredidos. «Solamente quiero el resarcimiento, tanto para la gente que fue a trabajar y la que fue a disfrutar el show», reclamó.

Según algunas versiones, todo se debió a un problema de dinero. Recién cerca de la medianoche, y tras arduas negociaciones, se pudo llegar a un acuerdo. Al arribar a Tucumán, Pity se encerró en el camarín porque el productor le había dicho que vendió 5 mil entradas, cuando en realidad había más de 10 mil.

Para cuando pudieron arreglar nuevamente las diferencias económicas, ya era tarde. El público tiró vallas, prendió fuego al mangrullo y agredió a los músicos y técnicos que estaban ahí desde más temprano.