Tras una espera de 20 años, el baterista Ringo Starr, la «estrella» de The Beatles, como decía John Lennon, recibirá finalmente el título de Caballero de la Orden del Imperio Británico.
El título será concedido directamente por la reina Isabel II, tal como lo hizo en 1997 con su compañero Paul McCartney.
Ringo, de 77 años, debería entonces aparecer en la lista de honor de Año Nuevo, es decir en el elenco de ciudadanos británicos y del Commonwealth que se han distinguido, mereciendo el otorgamiento de un título o una condecoración de la soberana.
Cada año, el Primer Ministro elabora dos listas de honores, una de ellas en víspera de Año Nuevo y la otra con motivo del cumpleaños de la reina.
El músico recibirá esta distinción por sus múltiples trabajos de caridad, incluyendo donaciones para sensibilizar al mundo sobre el SIDA, niños maltratados, derechos humanos, pobreza en todo el mundo y las artes creativas.
Según informó el diario The Sun, el célebre músico británico recibirá la condecoración el próximo 1 de enero en el Palacio de Buckingham.
Ringo visitó anteriormente el palacio en 1965, cuando recibió la Orden del Imperio Británico (MBE, por sus siglas en inglés), al igual que Sir McCartney, George Harrison y John Lennon, como parte de los Beatles. Sin embargo, sólo McCartney había sido reconocido de manera individual por su aporte a la música.
«No sabía que tocando rock and roll uno se puede convertir en noble», comentó por entonces George Harrison. Más polémico, en cambio, fue John Lennon, quien devolvió la orden a la reina en 1969, en abierta controversia con el apoyo inglés a las tropas estadounidenses en Vietnam y con la prohibición de la banda por su canción «Cold Turkey».
Starr, sin embargo, es miembro de la orden más excelente del Imperio Británico, propuesto por el entonces primer ministro Harold Wilson. Un honor que, en ese momento, no parecía levantar controversia entre los ex militares y la nobleza, y más en general entre la sociedad de pensamiento correcto.
Nacido en una modesta familia el 7 de julio de 1940 bajo el nombre de Richard Starkey, el pequeño «Ritchie» -tal como lo llamaban sus familiares- vivió en una pequeña casa de Madryn Street en Dingle (en la zona más pobre de Liverpool, en el centro cerca del puerto) y su infancia la pasó en una vivienda de la calle Admiral Grove, también en Dingle.
El futuro miembro de los Beatles estuvo enfermo en varias ocasiones y su madre tenía miedo de que quedase marginado, por parte de los chicos de su edad. A los seis años tuvo una apendicitis que derivó en peritonitis y estuvo tres días en coma. Tuvo que pasar 12 meses en el hospital infantil de Myrtle Street para recuperarse totalmente.
Cuentan sus allegados y los que le conocieron que Ringo de pequeño era un niño alegre y muy simpático, con unos ojos azules enormes, de carácter afable y extrovertido. Y aun no se destacaba por su gran nariz.
Su primer contacto con la batería fue a los 17 años, cuando la recibió de regalo.
Solo cinco años después entró a formar parte de la más grande banda del mundo. Fue el mánager de los «Fabulosos Cuatro», Brian Epstein, el responsable de elegirlo, para sustituir a Pete Best, el primer baterista del grupo, que no había convencido al productor George Martin luego de una prueba en los estudios Abbey Road.