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Grinbank: «No negamos los derechos de los creadores, solo pedimos un tope en los gravámenes»

16/12/2020 - Noticias
Grinbank: «No negamos los derechos de los creadores, solo pedimos un tope en los gravámenes»

El empresario Daniel Grinbank reclamó formalmente un tope a los gravámenes que cobran las sociedades de gestión de derechos de autor por espectáculos, fijado actualmente en un 15 por ciento, lo que supone «un 50 por ciento más alto» a lo que se abona en los países con las tasas más altas.

«No estamos cuestionando lo genuino de ese derecho. Lo que decimos es que tiene que haber un tope. Incluso, hasta aceptamos seguir pagando el gravamen más caro del mundo, pero no podemos estar un 50 por ciento arriba del resto», aclaró el promotor en diálogo con la agencia Télam.

Grinbank explicó además que de concretarse los cambios que solicita «lo que los artistas eventualmente dejen de percibir por derechos de autor, lo ganarán cuando se redistribuya el remanente que quede entre los gastos fijos y el pago de estos gravámenes».

En tal sentido, el empresario remarcó que la organización de un recital con aforo reducido implica un nivel de gastos similar o incluyo mayor al de un concierto con estadio completo, debido a que no se modifican los costos del montaje del escenario, sonido, luces y servicios destinados al público, entre otras cosas; lo que evidencia aún más el carácter distorsivo del porcentaje del gravamen.

Así surgió esta propuesta elevada junto a otros pares de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), que integra, al Ministerio de Cultura de la Nación, en donde es estudiado, y al de Producción, debido a que atañe a lo referido a un número importante de puestos de trabajo.

El pago de este 15 por ciento está conformado por una cuota del 12 por ciento para la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), uno por ciento para la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI-CAPIF) y dos por ciento para Directores Argentinos Cinematográficos (DAC).

Un cuadro comparativo demuestra que la tasa por derechos de autor no excede el diez por ciento en los países en donde más caro se paga, que son Uruguay y España; en tanto que en países como Brasil y los Estados Unidos no supera el cinco por ciento.

«Se trata de que se entienda la nueva realidad y que las sociedades de gestión entiendan que el mundo ya no va a ser como era y hay que adaptarse a que usos y costumbres que existían en épocas de abundancia ya no existen mas. Un porcentaje más chico de algo siempre va a ser más alto que un porcentaje muy alto de nada. Cualquier cosa que multipliques por cero, da cero», describió Grinbank.

P: ¿Cómo surge la idea de hacer este planteo?

Daniel Grinbank: La industria del entretenimiento viene de una crisis profunda de antes de la pandemia, de los dos últimos años del macrismo, y esto hizo que todo empeorara más. En un país donde hay emergencia alimentaria, las posibilidades de consumo culturales son más bajas. Cada vez hay menos público y es menor la posibilidad de trasladar el costo a las entradas. Yo hice un ejercicio con aforo reducido en el Estadio de La Plata, con 9.000 personas en vez de las 45.000 que podrían entrar, y los gastos necesarios son los mismos o mayores, por la nueva normativa para mantener la distancia social y la higiene. Esto hace que la actividad sea inviable. Lo que paga de gravámenes hace que todo sea un sándwich nefasto porque la utilidad del artista y del empresario surge de la diferencia de los costos móviles y los fijos. Lo que estamos pidiendo encarecidamente es que haya un tope que no supere el diez por ciento, lo que nos pondría en igualdad de condiciones con los países más caros del mundo.

P: ¿Se trata de una distorsión histórica o se agravó, o en todo caso es más elocuente, en esta coyuntura?

DG: Precisamente, siempre me preguntaban por qué las entradas en Argentina eran más caras que en otros lugares. Es porque tiene un componente más alto de impuestos y gravámenes. En la abundancia y las posibilidades de consumo de otras épocas, no se discutió. Era como una verdad establecida que no nos cuestionábamos, pero hoy nos preguntamos por qué siempre tuvimos que pagar tan caro. SADAIC es una entidad monopólica, con gastos de administración muy altos. En otros países se pueden negociar los derechos directamente con los creadores e ir con el acuerdo cerrado a la sociedad de gestión, pero acá nunca aceptaron eso. En abundancia no nos fijamos en eso, pero hoy hay que fijarse por una cuestión de subsistencia del sector. La realidad indica que se habilitaron los teatros en la calle Corrientes y no hubo una sola función agotada. Es decir, está todo el tejido cultural con necesidad de políticas. Hay que pensar que todos somos componentes y que si no se trabaja, nos afectamos todos, incluso las sociedades de gestión.

P: Seguramente habrá una contraofensiva con argumentos en torno a los derechos de los artistas a ser reconocidos por sus creaciones.

DG: No estamos cuestionando lo genuino del derecho, lo que decimos es que tiene que haber un tope. Hay un sector agonizando, es la crónica de una muerte anunciada. ¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos morir o nos ponemos creativos con los sectores produciendo una nueva realidad? Que alguien explique por qué los gravámenes son más altos en la Argentina que en otra parte del mundo. Porque creadores hay en todos lados. O que alguien me explique por qué pagamos gravámenes que no existen en otros lados, como ocurre con AADI y DAC. Pero no cuestionamos eso. Incluso decimos que en la sumatoria de todo seamos los más caros del mundo, pero que sea el diez por ciento.


Texto: Télam / Foto: Alejandro Santa Cruz (Télam)