Para cualquier cinéfilo que no sea miembro del Kiss Army, la película de 1999 «Detroit Rock City» no es más que una comedia de rock no muy exitosa que utilizaba un concierto de Kiss como la base para una historia ambientada en los años 70. Pero para los ex miembros de Kiss, Peter Criss y Ace Frehley, los eventos previos al estreno de la película, el 13 de agosto de 1999, ayudaron a que su estadía en la banda llegara a un final permanente.
Según Criss, la película comenzó como un proyecto apasionante para el productor Tim Sullivan, quien se hizo amigo de Gene Simmons después de entrevistarlo para Fangoria en 1983. Dada la vergüenza que la banda había sufrido con el infame proyecto «Phantom of the Park» en 1978, Simmons sabía que el guion de cualquier película que involucrara a Kiss tenía que ser el correcto, y lo encontraron de la mano del escritor Carl V. Dupre, cuyos créditos anteriores incluían ocho episodios de la serie de televisión «Bone Chillers».
La historia, sobre un grupo de cuatro adolescentes de Cleveland amantes de Kiss (interpretados por Edward Furlong, Giuseppe Andrews, James DeBello y Sam Huntington) que deben soportar todo tipo de aventuras para llegar a un concierto en Detroit, intercalaba imágenes de la banda aunque dejando mucho espacio para el tipo de travesuras adolescentes durante el apogeo de Kiss a fines de los 70. Pero según Criss, las cosas comenzaron a ir mal casi de inmediato, y todo fue culpa de Simmons.
«Ace, Paul (Stanley) y yo ni siquiera sabíamos sobre la película hasta que la leímos en el Hollywood Reporter», recordó Criss en su autobiografía, «Makeup to Breakup: My Life in and Out of Kiss». «Después de que nos reunimos con Tim y los productores, estaba emocionado. Esto no era una película de Hanna-Barbera, era una película real con un director, Adam Rifkin, de quien había oído y era admirado por su película ‘Mousehunt’. Realmente quería trabajar en eso, pero luego Gene comenzó a arruinarlo todo».
Desde el punto de vista de Criss, la mano dura de Simmons se extendió a todos los niveles de la producción. Cuando llegó el momento de armar la banda sonora, Criss alegó que, para obtener una parte mayor de las ganancias, Simmons se negó a incluir canciones que no hubieran sido escritas por él y Stanley, lo cual fue un gran problema para Criss, porque significaba eliminar su emblemática composición «Beth», y procedió a modificar el guion de manera que avergonzara a Criss y Frehley.
«Los hizo sacar una escena en la que los chicos se encuentran con nosotros en el backstage porque, según él, ‘Ace y Peter no pueden actuar'», se lee en otro pasaje de «Makeup to Breakup». «Luego les dijo a los otros productores y al director que Ace y yo éramos como chicos y que teníamos que estar atados».
Todo fue parte de lo que Criss dijo que era la aspiración de Simmons de diversificarse en la industria del cine y la televisión. Acusó a Simmons de «lamer cada culo de New Line que pudo encontrar» porque «estaba muy desesperado por entrar en Hollywood». Y agregó: «Recuerdo que todos estábamos en una limusina y Gene dijo: ‘¿Pueden hacer silencio en el auto, por favor? Estoy esperando una llamada de Steven Spielberg‘. Por supuesto, la llamada nunca llegó».
Independientemente de si algo de eso sucedió o no, hay otra evidencia que sugiere que Simmons puede haber estado algo distraído por «Detroit Rock City». Sullivan recordó que Simmons lo llamó a su teléfono celular para hablar sobre la película mientras Criss estaba en medio de su solo de batería durante un concierto de Kiss. Y desafortunadamente, ni siquiera la oportunidad de volver a revivir uno de sus clásicos para la banda sonora podría sanar la brecha.
Según Criss, los productores le pidieron a Kiss una nueva versión de la canción «Detroit Rock City», y aunque hubo bastante presión para que todo funcionara, terminaron reuniéndose en el estudio para regrabar la canción, que según Criss fue lo último que los miembros de la formación original grabaron juntos. Lamentablemente, debido a lo que Criss describe como una confusión, ni siquiera llegó a la banda sonora.
Tampoco fue la única edición desafortunada de última hora. Según Frehley, su hija Monique filmó una escena para la película a sugerencia de Simmons, solo para descubrir en una proyección privada que su aparición había quedado en la sala de edición.
«Sabía que no era un accidente», insistió Frehley en su libro «No Regrets». «Gene había estado involucrado en el proceso de edición a diario. Incluso recuerdo haber recibido cintas de él, desde el principio, con escenas y finales alternativos, pero la escena de Monique siempre estaba incluida. Sabía que Gene probablemente estaba enojado conmigo por algo que había hecho, pero ¿por qué vengarse de mí lastimando a mi hija? Quiero decir, fue su idea en primer lugar, entonces, ¿qué demonios estaba haciendo?»
Si Simmons estaba realmente detrás de la edición, tenía el apoyo de Rifkin. «Gene era un productor fantástico para trabajar. Le encantan las películas y es muy respetuoso con el proceso. Cada vez que nos encontrábamos en una encrucijada creativa, siempre me dejaba decidir a mí porque yo era el director», dijo Rifkin en una entrevista. «También luchó en mi nombre contra el estudio si alguna vez habia un desacuerdo creativo. Gene es genial».
Independientemente de quién fuera el responsable, Frehley encontró imposible perdonar a Simmons por lastimar a su hija. «Nunca sentí lo mismo por Gene después de eso. Mi relación con él estaba en su punto más bajo, y este desaire particular contribuyó en gran medida a mi segunda partida de Kiss».
En última instancia, toda esa angustia no contribuyó mucho a la venta de entradas. «Detroit Rock City» recaudó menos de 5 millones de dólares en los cines estadounidenses, unos números desastrosos para una película con un presupuesto de 34 millones de dólares. Eventualmente se convirtió en una especie de película de culto cuando llegó a los videoclubes, pero el daño ya estaba hecho en lo que respecta a las relaciones dentro de la banda.
Peor aún, según Criss, fue la forma en que Tim Sullivan fue expulsado de la industria cinematográfica después de que «Detroit Rock City» recibiera luz verde en New Line. «Nos teñimos el pelo, dimos nuestra sangre, luchamos y cocinamos el uno para el otro en hoteles de mala muerte porque éramos una banda, no una marca», se lamentó Criss. «Es impactante y horrible que Gene lo haya olvidado».
La película se encuentra disponible en Netflix bajo el nombre de «Rockeros rebeldes».