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Hace 30 años Metallica saltaba al mainstream con el «Black Album»

11/08/2021 - Retro
Hace 30 años Metallica saltaba al mainstream con el «Black Album»

Metallica cerró los años 80 como la banda reinante del thrash metal, pero lejos de dormirse en sus laureles, se forjó un camino diferente para su quinto álbum. Y se disparó a un nivel de increíble e impensado éxito mainstream.

Las sesiones para el disco comenzaron en el otoño (boreal) de 1990 con el productor Bob Rock (cuyos créditos anteriores incluían el número uno de Mötley Crüe «Dr. Feelgood»). Mientras la banda sin duda había disfrutado de hits en los años previos a este proyecto, la contratación de Rock parecía indicar que Metallica conscientemente se había propuesto meterse de lleno en el mainstream – algo que ellos comprendieron, y se burlaban de eso, incluso antes de que el disco saliera a la venta.

«La gente va a estar diciendo que Bob hizo que Metallica sonara como Bon Jovi» predijo James Hetfield en una entrevista conjunta con Kirk Hammett para Guitar World en 1991. «No se dan cuenta de que nadie se mete con nosotros, excepto nosotros. Bob encajó perfectamente en el programa y la dirección en que íbamos».

«Queríamos crear un disco diferente y ofrecer algo nuevo a nuestra audiencia. Odio cuando las bandas dejan de tomar riesgos», agregó Hammett. «Una gran cantidad de bandas sacó el mismo disco tres o cuatro veces, y no quiero caer en esa rutina».

«Habían roto un nivel, pero todavía no estaban en la radio mainstream«, dijo Rock a Music Radar. «Cuando vinieron a mí, estaban listos para dar el salto a las grandes, grandes ligas. Mucha gente piensa que he cambiado el sonido de la banda. No lo hice. En sus cabezas, ya habían cambiado cuando los conocí».

Esos cambios llegaron a los fans el 12 de agosto de 1991, cuando el nuevo disco homónimo -conocido informalmente como el «Álbum Negro» debido a su portada de color negro casi sin rasgos- llegó a las disquerías. A pesar de que el primer single, «Enter Sandman», demostró que Metallica no había perdido ninguna de sus características, el sonido de la banda había cambiado definitivamente en algunos aspectos muy notables.

«Me he encontrado con fans que piensan que el álbum es basura», se quejó Hammett en una entrevista de 1991 con la revista Rolling Stone. «Algunos de mis amigos que son realmente fans incondicionales han dicho ‘Bueno, el álbum no es tan pesado. Ustedes no son tan pesados como solían ser’. Y yo pienso ‘¿estás tratando de decirme que ‘Sad But True’ no es pesada? ¿Que ‘Holier Than Thou’ no es pesada? ¿Cómo se define algo pesado?'».

«Los chicos se acercan y dicen, ‘¿Cómo es que no sacaron ‘Kill’ Em All’ otra vez?'», agregó Hetfield. «Y yo digo, ‘Sí, también me gusta ese disco. Pero hay más en nuestra música que eso’. Todavía podemos tocarlo en vivo, y cuando lo tocamos, nos importa. Pero ya tenemos estas canciones. Y van a estar ahí mientras dure la vida de la banda. Pero sentarse allí y preocuparse por si a la gente le va a gustar el disco, entonces tendríamos que escribir un cierto tipo de canción… terminarías escribiendo para otra gente. Todo el mundo es diferente. Si todo el mundo fuese igual, sería aburrido como la mierda».

Si las nuevas canciones no eran tan thrash como sus predecesoras, el nuevo álbum era más pesado por lo menos en un aspecto: la producción de Rock le dio un enfoque mucho más dinámico a la música, permitiendo a los instrumentos más espacio para respirar -sobre todo al bajo de Jason Newsted, que había sido prácticamente expulsado de la mezcla durante su álbum anterior, «… And Justice for All» (1988).

«Bob realmente nos ayudó a orquestar y lograr que la parte inferior suene bien… conseguir que la guitarra y el bajo trabajen juntos», dijo Hetfield a Guitar World. «De hecho, cuando le hice escuchar el disco a un amigo, me preguntó ‘¿Qué es ese extraño sonido de tono bajo?’ Y le respondí ‘Eso es algo nuevo para nosotros… se llama bajo'».

Los fans también notaron que el «Black Album» mostraba un cambio en la forma en que el baterista Lars Ulrich hacía sus propias contribuciones a los temas. «Me di cuenta de que Lars tocaba acompañando la guitarra de James, de la misma forma en que Keith Moon tocaba con Pete Townshend. Eso está bien para algunas bandas, pero no para todo el mundo», explicó Rock. «Lars quería que Metallica tuviese más groove. ‘Back in Black’ de AC/DC fue un punto de referencia como un disco de rock que tenía groove. Le dije que para lograr esa sensación, tenía que ser el punto focal musicalmente. Así que en ciertas canciones, la banda tocó con Lars. Lo siguieron. Y se hizo una real diferencia».

El bajo de Newsted no era el único sonido nuevo que se filtraba en la mezcla. Rock también alentó al grupo para agregar una variedad de otros toques sónicos, incluyendo sitar y cello, y les dio rienda suelta a experimentar con materiales más melódicos como el eventual éxito «Nothing Else Matters», que ha encontrado a Hetfield en una nueva faceta de sus habilidades para el canto.

«Es absolutamente loco, era la canción que yo pensaba que era menos Metallica, menos probable que alguna vez toquemos para nosotros, la última canción que alguien realmente querría oír. Era una canción para mí, para tocar en mi habitación de gira mientras estaba vagando lejos de casa», dijo Hetfield más tarde a Village Voice. «Estoy agradecido de que los chicos me hayan obligado a sacarla de mi reproductor de cinta y convertirla en una canción de Metallica».

El «Black Album» fue certificado 16 veces Disco de Platino en los Estados Unidos (cinco veces Platino en la Argentina) y es, por lejos, el álbum más vendido de la banda. Un número uno que cambió para siempre su lugar en el metal, lo quieran o no. Más allá de algunos fans enojados, la banda se erigió como verdaderas luminarias en el paisaje de la cultura pop.

«Son sólo números», se encogió de hombros Ulrich, «en un pedazo de papel». Sin embargo, admitió, había un cierto orgullo en llevar un estilo de música desde el underground al mainstream.

«Sé que llegamos al número uno completamente en nuestros propios términos», continuó. «Todo esto fue hecho a nuestra manera. Hay una satisfacción interior de eso, para darle un importante ‘Fuck you’ al propio negocio y la forma en que se supone que tenés que jugar el juego».

Ese éxito alteraría la trayectoria futura de Metallica en varias formas, opacando los posteriores discos de la banda para continuar ramificando su sonido y, finalmente, sirviendo como una especie de punto de referencia para los fans, que ven al «Black Album» como un momento de cambio para el grupo… para bien o para mal. Aún así, las sesiones pueden haber sido tan tortuosas y tan complicadas como el legado del disco lo ha demostrado.

«No fue un disco divertido, fácil de hacer. Por supuesto, tuvimos algunas risas, pero las cosas fueron difíciles», dijo Rock a Music Radar. Sin saber en ese momento que se reunirían más de una vez durante las siguientes décadas, ha recordado: «Les dije a los chicos cuando (el disco) estuvo terminado que nunca volvería a trabajar con ellos de nuevo. Y ellos sentían lo mismo por mí».