George Harrison y John Lennon lo habían hecho antes, editando álbumes bajo sus propios nombres en 1968. Incluso Ringo Starr había sacado un LP solista unas semanas antes. Pero los Beatles llegaron efectivamente a su final cuando Paul McCartney publicó su álbum debut en solitario, simplemente titulado «McCartney», el 17 de abril de 1970.
Por un lado, el disco de McCartney no era tan difícil como el instrumental de Harrison «Wonderwall Music and Electronic Sound», que tenía muy poco que ver con los Beatles, o los dos álbumes de Lennon, que tenían aun menos que ver con los Beatles. Y «Sentimental Journey» de Starr fue un disco de covers de canciones de los años 20, 30 y 40. A pesar de que McCartney grabó el disco completamente solo, tocando todos los instrumentos y aportando la mayoría de las voces, sonaba casi como un disco de los Beatles, a pesar de los desvíos experimentales a los que se atrevía de tanto en tanto.
Una semana antes, McCartney había anunciado oficialmente que los Beatles se separaban. Lennon había hecho casi lo mismo ante sus compañeros en septiembre de 1969, pero no había tomado estado público. Con el lanzamiento del último álbum del grupo, «Let It Be», y la negativa de McCartney de retrasar la salida de su propio disco, la disolución sólo era cuestión de papeles.
Con grabaciones caseras y escasos arreglos, McCartney exploró el retorno a las bases que había sido su concepto original para el proyecto «Get Back» en 1969.
En parte, como resultado del papel de McCartney en el fin de The Beatles, el álbum recibió una respuesta desfavorable de la mayoría de la prensa musical, a excepción del single «Maybe I’m Amazed».
Sin embargo, McCartney se benefició de la publicidad en torno a la ruptura del grupo y alcanzó el primer puesto durante tres semanas en el Billboard 200 (Estados Unidos) y el segundo en el Reino Unido.
El álbum fue reeditado en junio de 2011 como parte de la serie «The Paul McCartney Archive Collection».