La histórica carrera de AC/DC pasó por un mal momento cuando «Flick of the Switch», un disco que dividió opiniones y críticas, fue lanzado el 15 de agosto de 1983.
Cuando AC/DC comenzó a establecer los planes para grabar su noveno álbum de estudio, su carrera estaba en su apogeo comercial. Primero vino el éxito mundial del impecable «Back in Black» de 1980 y luego su digno sucesor, «For Those About to Rock». Ambos álbumes mantuvieron a la banda en acción durante casi dos años seguidos, aunque el costo humano pronto se sentiría con la salida del baterista Phil Rudd.
Entonces, una vez que finalmente encontraron el tiempo para reflexionar sobre su próximo movimiento, AC/DC volvió a lo básico.
Fatídicamente, después de tres álbumes trabajando con el perfeccionista del estudio Robert John «Mutt» Lange, el grupo decidió producir «Flick of the Switch» ellos mismos en un intento concertado para despojar a sus canciones de cualquier pulido de estudio persistente. Con ese fin, AC/DC pasó menos de un mes grabando 10 nuevas canciones, y más tarde recalcó su punto de vista con la ayuda de una portada sorprendentemente blanca y espartana, que presentaba nada más que un boceto a lápiz de Angus Young preparándose para encender un interruptor eléctrico gigante.
Desafortunadamente, no beneficiarse de la útil perspectiva externa de un productor también terminó despojando a muchas de las canciones de sus ideas de primera categoría. Es revelador que ninguna de las melodías de «Flick of the Switch», salvo la electrizante «Guns for Hire» y posiblemente la canción principal, haya sobrevivido más allá de la gira para promocionar el álbum.
Aún así, los hermanos Angus y Malcolm Young produjeron un lote confiable de excelentes riffs y solos en «This House is on Fire» y «Landslide», pero nada a la par con los éxitos recientes. Otros temas como «Deep in the Hole» y «Brainshake» eran prácticamente olvidables. Aún más impactante fue la absoluta ausencia de energía en «Nervous Shakedown» y «Badlands». Lo más condenatorio de todo es que «Rising Power» puede ser la apertura de álbum menos conmovedora de la carrera de AC/DC.
En última instancia, lo mejor que se podría decir en defensa de «Flick of the Switch» es que su apuesta casi religiosa por la simplicidad lo convierte en el equivalente a «Powerage» de la alineación de Brian Johnson. Pero sus canciones seguro que no están a la altura de «Powerage».
El veredicto final sobre «Flick of the Switch» fue dictado francamente por los fans de AC/DC, quienes apenas consideraron oportuno empujar el álbum hacia la certificación de platino durante muchos años de ventas lentas, quedando así muy por debajo de los umbrales multiplatino establecidos por sus predecesores. Para AC/DC, seguiría un largo período en un desierto relativo, llegando apenas a la certificación de oro, interrumpido por picos ocasionales cuando intercambiaron viejas glorias a través de aquel combo de banda sonora/grandes éxitos de «Who Made Who».
Coincidentemente, fue cuando finalmente resolvieron trabajar de nuevo con productores externos que el barco de AC/DC dio un vuelco completo, comenzando con el exitoso «The Razor’s Edge» de 1990.