David Gilmour nunca ha sido el más rápido a la hora de mantener su carrera solista. Pero en 1984, con su proyecto principal Pink Floyd en un callejón sin salida, ya no había más excusas para no empezar a trabajar en el sucesor de su debut homónimo de 1978.
Pink Floyd se desmoronó durante la grabación del infame y polémico LP «The Final Cut» de 1983, y aunque aún no había anunciado oficialmente su partida, era obvio que Roger Waters no tenía planes inmediatos de volver a reunirse con sus compañeros para otro disco en el corto plazo. Con Waters en el estudio grabando su LP solista «The Pros and Cons of Hitch Hiking», Gilmour convocó a un grupo de veteranos sesionistas para su propio álbum.
«Quería hacer un disco realmente bueno. No quería hacerlo muy, muy rápido, y quería lograr que los mejores músicos del mundo que pudiera conseguir tocaran conmigo, así que pensé en hacer una pequeña lista de todos mis músicos favoritos», dijo Gilmour a Source.
«Ya sabés, mejor baterista, mejor bajista, mejor tecladista, y revisar la lista para ver a quién puedo conseguir», agregó. «Jeff Porcaro encabezaba mi lista de bateristas, Pino Palladino encabezaba mi lista de bajistas, e Ian Quely –o el Rev, como se lo conoce– vino y tocó la mayor parte del Hammond y el piano, y estuvo fantástico. Steve Winwood estaba en lo más alto de mi lista de tecladistas. No pudo hacer la mayor parte del álbum, pero al menos conseguí que tocara un poco».
El guitarrista trabajó desde una profunda fuente de inspiración, y la trágica muerte de John Lennon fue el tema de “Murder”. Por otra parte, atacó a su compañero de Floyd, Roger Waters, en «You Know I’m Right».
Gilmour también se acercó a un amigo famoso para que lo ayudara a escribir canciones, acorralando a Pete Townshend (quien también contaba con tiempo libre tras la reciente disolución de The Who) para que contribuyera con las letras. Su colaboración finalmente terminó dando como resultado tres canciones, dos de las cuales («All Lovers Are Deranged» y el segundo single «Love on the Air») quedaron en la edición final de «About Face»; la tercera apareció más tarde dos veces en 1985, una vez como «Hope» en el LP de Roy Harper «What Happened to Jugula?», y nuevamente (con letra diferente) como «White City Fighting» en el lanzamiento solista de Townshend, «White City: A Novel».
A pesar de todo ese poder de estrella, y del hecho de que millones de fanáticos de Pink Floyd estaban ansiosos por un nuevo producto, ni «About Face» –lanzado el 5 de marzo de 1984– ni «…Hitch Hiking» –lanzado el 30 de abril– fueron grandes éxitos. De hecho, ambos se estancaron en los tramos inferiores del Top 40 de la lista de álbumes de Billboard. «About Face» resultó tener un atractivo más potente en las radios de rock de los Estados Unidos, donde «Blue Light», «All Lovers Are Deranged» y «Murder» disfrutaron de una gran rotación.
Pero al poco tiempo, Gilmour optó por centrar sus esfuerzos en una versión sin Waters de Pink Floyd y volvió a dejar su carrera solista en un segundo plano, donde permanecería hasta el lanzamiento de «On an Island» en 2006.
Mirando retrospectivamente a «About Face» durante una entrevista de 2003 con Record Collector, Gilmour resumió el álbum –y el resto de su producción en solitario– con su típico eufemismo. «Sabíamos que Roger no iba a ser parte de nada de lo que hiciéramos, pero antes de que se fuera oficialmente, nos tenía atrapados en el limbo. Yo estaba poniendo el dedo del pie en el agua», se encogió de hombros Gilmour. «Luego se fue y yo me quedé sin trabas y seguí haciendo Pink Floyd. No parecía haber ninguna razón para hacer un proyecto en solitario».