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Hace 40 años V8 marcaba un hito fundacional para el heavy metal argentino con «Luchando por el metal»

29/04/2023 - Retro
Hace 40 años V8 marcaba un hito fundacional para el heavy metal argentino con «Luchando por el metal»

En abril de 1983 el cuarteto de heavy metal V8 lanzaba su álbum debut, que desde el título indicaba las intenciones de la banda: «Luchando por el metal». Con el correr del tiempo se convertiría en un hito fundacional en la historia del heavy metal.

El cantante Alberto Zamarbide y el baterista Gustavo Rowek venían de un grupo llamado WC. «El baño venía medio elaborado y los músicos querían derretir un poco más el metal», dijo la revista Pelo en 1982. En marzo de ese año, Zamarbide y Rowek se juntaron con Osvaldo Civile en guitarra y Ricardo Iorio en bajo.

«Desde que la banda se armó con esta formación, estamos trabajando muy duramente», contó Ricardo Iorio en una entrevista publicada por la revista Pelo en su número 171 de septiembre de 1982. Y agregó: «Queremos hacer auténtico rock pesado y que suene como tal, que la gente sienta la energía y la vibración que esta música tiene».

«Algunos músicos escucharon lo que hacemos y les pareció muy bueno», expresó sobre la propuesta de V8. «Uno de ellos fue Pappo; somos amigos del Carpo, y él nos está dando una mano. Él sabe que nosotros somos un auténtico grupo de metal pesado, incluso más duros que el suyo, y eso le gusta».

Esa amistad con Pappo fue fundamental para que el grupo, que todavía no había grabado su primer disco, pudiera aparecer en la cartelera del festival Buenos Aires Rock (B.A. Rock), que volvía después de diez años de ausencia. También fueron claves las posteriores gestiones del primer mánager de V8, Pedro Leontjew.

Leontjew tenía la misma edad que los músicos, manejaba un bar en el que pasaba videoclips de canciones (algo inédito para la época) y, con mucho entusiasmo, se hizo cargo de manejar al grupo en esos años donde todo estaba por descubrirse.

Bajo su gestión V8 grabó las primeras canciones en condiciones dignas, consiguió tocar con frecuencia y además obtuvo la libertad después de que todos sus integrantes fueran insólitamente detenidos unas horas por la policía en la fiesta presentación del festival.

La participación de V8 en el B.A. Rock fue furiosa e inolvidable. Ahí se ve al grupo tocando a la tarde para un grupo pequeño de fanáticos, mientras la mayoría de los asistentes los ignoraba. Para colmo, la organización decidió sobre la marcha recortarles el tiempo y allí surgió la histórica frase de Iorio: «No nos dejan tocar más, así que vamos a hacer dos temas y nos vamos. Y los hippies… ¡que se mueran!».

«Nosotros queremos que la gente reciba toda la energía que podemos darle», se sinceró Zamarbide en la misma entrevista con Pelo. «Queremos tocar en lugares en los que no haya asientos, así la gente puede bailar. El rock’n’roll es música visceral, para conmover a la gente, y para eso necesita que haya espacio, que todos puedan saltar y bailar».

Y amplió: «Además, así se evitarían las roturas que tanto daño les hacen a los grupos, porque los perjudica económicamente y en su imagen. Después nadie te quiere dar una sala. Pero si es lógico, ¿cómo se puede pretender que un tipo que recibe una aplanadora de ritmo y volumen se quede sentado, mirando lo que pasa arriba?».

Iorio abundó en ese postura: «Nuestro grupo es puramente energético, pero también queremos dar un mensaje que esclarezca un poco la cosa. No nos vamos a poner en profetas, pero tampoco podemos dejar de hablar un poco de lo que nos pasa. A nosotros nos suceden las mismas cosas que a cualquier tipo, y sabemos como se siente. Por eso queremos que ese tipo vaya a un recital nuestro y se descargue, sienta que puede largar por alguna parte toda la energía que tiene».

«Luchando por el metal» fue grabado en los primeros meses de 1983 en los Estudios Edipo de Buenos Aires. No eran tiempos fáciles en la Argentina post-Malvinas, antes del regreso de la democracia a fines de ese mismo año. Algunas letras describen la situación de los últimos coletazos de la Dictadura Militar.

El álbum, con una duración que no alcanza la media hora, fue lanzado por el sello Umbral, que en ese entonces también publicaba los discos de Los Violadores. Las canciones más populares del álbum son «Destrucción», «Brigadas metálicas», «Muy cansado estoy» y, con la participación de Pappo, «Hiena de metal».

Sobre la gestación de «Destrucción», un himno perenne del metal argentino, Rowek contó en una entrevista con Rolling Stone: «Lo hice en 15, 20 minutos. Estaba parado frente a una máquina de colada de plástico, en un trabajo que me duró 21 días, y ahí se me ocurrió. Hacía todo mal, mi jefe me echó por reducción de personal, y le dije ‘Usted no sabe el bien que me hace’».

El riff del tema fue una creación de Civile. «En ese tema, Osvaldo está haciendo thrash metal antes de que el thrash metal exista», aseguró Zamarbide en la misma entrevista. «Ese machaque de guitarra que se mezcla con el armónico, un overtone sobre la nota, lo creó él».

Para la introducción de «Destrucción», un himno del metal argentino, la idea original era usar el sonido de un motor V8. Al no encontrar el auto adecuado, usaron el de un Torino grabado por Iorio en un garaje que estaba a la vuelta del estudio.

1983 sería el año de la consolidación de V8, no tanto a nivel masividad pero sí como referentes de la escena. El lanzamiento de «Luchando por el metal» y su participación como teloneros de Barón Rojo en Obras Sanitarias, en una noche que terminó con otro show en un cine de Valentín Alsina con tiros incluidos, fueron algunos de los mojones clave en el camino del grupo que se imponía como el más importante del heavy metal argentino.

La crítica

Esta es la crítica de la revista Pelo, publicada en el número 192 de julio de 1983.

V8 es un grupo que transita los caminos abiertos en la Argentina por Riff y que en el plano internacional está directamente influenciado por bandas como Black Sabbath, Judas Priest y Iron Maiden. La propuesta de V8 es simple, y si se quiere, poco original: rock pesadísimo, riffs incandescentes y letras maléficas, todo sobre un ritmo duro y a mil.

Instrumentalmente, lo más destacado del grupo está en la guitarra de Osvaldo Civile y en el bajo de Ricardo Iorio. En el aspecto vocal, Alberto Zamarbide muestra un registro potente pero que da la sensación de estar mal utilizado, y si bien en temas como «Destrucción» o «Muy cansado estoy» cumple acertadamente su papel, en «Parcas sangrientas», por ejemplo, demuestra que puede cantar peor que Pappo, lo que es ya decir bastante.

Los mejores temas del disco son «Ángeles de las tinieblas» (un tema al mejor estilo Black Sabbath), «Destrucción» y, en especial, «Muy cansado estoy», el tema más interesante en cuanto a temática literaria, ya que en los restantes el grupo se reitera hasta el cansancio hablando de las hordas del mal, el metal, los blandos, los hippies y los que piden paz. Bien podría decirse que V8 gastó un disco en decir lo mismo que Riff dijo en un tema («Pantalla del mundo nuevo»).

En «Luchando por el metal» colaboran dos invitados: el tecladista Marcelo Vitale (de buena tarea en «Su puedes vencer al temor») y Pappo, cuyo aporte se limita a un brevísimo y opaco solo en «Hiena de metal».

«Luchando por el metal» es un disco que seguramente conformará a las huestes del metal, pero sin duda V8 -con un mejor sonido de estudio y con una depuración de su temática-puede conseguir un producto de mejor calidad.