El 10 de julio de 1965, «(I Can not Get No) Satisfaction» se convirtió en el primero de los ocho números uno que los Rolling Stones lograron en el Billboard Hot 100 de los Estados Unidos.
La canción, lanzada por el sello London, entró en el Billboard Hot 100 la semana siguiente a su edición (el 12 de junio) en el puesto número 67. Ascendió al número 26 en su segunda semana y después a los puestos 4 y 2 antes de comenzar un período de cuatro semanas en el número uno, el 10 de julio de 1965.
La banda había logrado ubicar siete hits anteriores en el Hot 100, alcanzando el Top 10 en dos ocasiones: con «Time Is on My Side», que alcanzó el puesto 6 en diciembre de 1964, y «The Last Time», que llegó al número 9 en mayo de 1965.
Los Rolling Stones lograrían otros siete números uno hasta 1978, con «Honky Tonk Women» empatando por la mayor cantidad de semanas en esa posición. La canción encabezó el chart durante cuatro semanas a partir de agosto de 1969.
Entre los grupos, solamente los Beatles (18), The Supremes (12) y Bee Gees (9) cuentan con más números uno que la banda liderada por Mick Jagger, que le valió su ingreso al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1989.
«(I Can not Get No) Satisfaction» está creada sobre un riff de Keith Richards. El guitarrista, legendario aficionado a las drogas, no recordaba nada: ni siquiera haber mantenido encendido (he aquí el azar, que en este caso puede llamarse suerte) el grabador de cassettes Philips donde grabó el riff que cambió la historia.
Richards recordaba: “En la cinta se escuchaban dos minutos de esa melodía y cuarenta minutos de mis ronquidos”. De esta forma, salvó el que sería un clásico de los Stones gracias a un grabador.
“Satisfaction” tuvo su versión definitiva sin que lo supiera Richards, que hubiera querido un arreglo de vientos a lo Otis Reding (aunque la versión grabada por el gran hombre del soul es menos eficaz que la original).
Quien decidió editarla con el arreglo “proto Garage” con la guitarra de efecto “fuzz” fue Andrew Loog Oldham, el genial productor de los primeros Stones, el hombre que -entre sus tantos méritos- convenció a Mick Jagger de escribir piezas originales, actividad mucho más remunerativa que su idea original, es decir tocar covers de blues y rhythm and blues.