Mientras Los Abuelos de la Nada ensayaban intensamente el material que preparaban para grabar en Ibiza, España, su tercer álbum «Himno de mi corazón», el 8 de julio de 1984 se lanzó «Hotel Calamaro», el debut discográfico como solista del tecladista del grupo: Andrés Calamaro.
Calamaro, el compositor de los éxitos más resonantes de Los Abuelos, había estado trabajando en este proyecto desde principios de año, contando con la colaboración de algunos de sus más dilectos amigos.
«Hotel Calamaro» se anticipaba como una continuación del estilo que el tecladista había impuesto con Los Abuelos y que tanta repercusión tuvo en el público masivo. No obstante, se aleja un poco de la new wave para acercarse al pop más directo.
El disco fue producido por Charly García y en sus sesiones estuvo a punto de participar Fito Páez, quien estaba trabajando en el mismo estudio en su primer álbum, «Del 63».
Este LP no obtuvo grandes ventas ni una destacada repercusión mediática, pero aún así algunas de sus canciones lograron una importante difusión en las radios y se han transformado en verdaderos clásicos, como «Fabio Zerpa tiene razón», «Radio actividad radial», «Otro amor en Avellaneda» y «No me pidas que no sea un inconsciente».
Sobre «Fabio Zerpa tiene razón», Calamaro recordó en una entrevista con Rolling Stone en 2017: «Eramos adolescentes con Gringui (Augusto Herrera) cuando la grabamos por primera vez, con Mario Breuer en Estudios del Jardín. La preparábamos con piano y guitarra, los arreglos los pensábamos en el colectivo y grabábamos juntos: bajo y batería, teclado y guitarra, voces. Algunos años después grabamos la versión de ‘Hotel Calamaro’, con la conducción de Charly. Estábamos manejando la ironía porque la situación para ensayar y fumar porros era delicada en aquellos años. Alejandro Lerner me aconsejó grabarla como balada, no sé si la letra sirve para una buena balada pero creo que ¡tenía razón! Fabio Zerpa vino al estudio a grabar el monólogo del final».
La canción «Detenida» fue compuesta junto a Pipo Cipolatti para el repertorio de Los Almirantes (primer grupo fundado en 1984 por Andrés y Pipo) y fue interpretada en vivo por la Ray Milland Band, la agrupación que integraban con Daniel Melingo. La balada «No me pidas que no sea un inconsciente» fue compuesta «en Navidad de 1982 para Los Lamidosos«, según reza en la contratapa del LP.
Sobre esta última canción, Calamaro mencionó en la misma entrevista: «La hicimos una Navidad con el Cuino (Marcelo Scornik) en casa de mis viejos. Letra y música al mismo tiempo. Tiene un arreglo de coros bastante bueno. Usé una secuencia de acordes con un ‘two-five’ de menor disminuido y mayor aumentado para ir cambiando de acordes. Fue el principio del Cuino y yo como Bonnie & Clyde en mancuerna de autores de canciones. Aunque sin Bonnie. Supongo que éramos Clyde & Clyde porque hacíamos más que juntarnos a escribir, aquello era pura vida. Algo revolucionario y lleno de distintos grados de conciencia. Estábamos en unos ‘niveles profundos de investigación personal y sociopolítica’, pero este tema era apenas el principio y lo que intentábamos era soportar una Nochebuena y escribir algo bueno y confesional».
Cómo curiosidad, cabe señalar que el disco se mezcló completamente en mono: detalle no menor en una época en que la mezcla estéreo cumplía ya dos décadas como estándar mundial. Por otra parte, «la grabación tiene un defecto en la velocidad: todo el disco está un poco acelerado y afecta el sonido de la voz. No fue una buena idea», confesó Calamaro en declaraciones a Rolling Stone.
El disco, que dura menos de media hora, contó con una gran cantidad de invitados y colaboradores, como Pablo Guyot, Willy Iturri, Alfredo Toth, David Lebón, Gustavo Bazterrica, Paul Dourge, Daniel Colombres, Fabiana Cantilo y los miembros de Oveja Negra, entre otros, además de Charly García en la producción y otros aportes.
En el número 214 de la revista Pelo de julio de 1984 se publicó una entrevista con Andrés Calamaro. Esta es la transcripción:
P: ¿Cuándo te decidiste a grabar un long play como solista?
AC: «Me decidí cuando estaba grabando la música para la obra «Tango salsa», una historieta teatral-musical de Robertino Granados de próximo estreno. Yo grabé la música de esa obra en el mismo estudio y con el mismo técnico con el que después trabajé para mi disco. Es una música que hice en mi casa con mis grabadores y que después grabé solo. Esa forma de trabajar me entusiasmó mucho para hacer un disco solista. De todos modos, la idea del álbum solista la tenía desde hacía un año, aunque recién me decidí cuando grabé la obra».
P: ¿Encontraste un eco positivo en Los Abuelos de la Nada y en la producción cuando comentaste tu idea de hacer un disco solista?
AC: «Sí, en realidad el eco positivo de la producción ya lo tenía de antes. En Los Abuelos encontré muchas ganas de ayudarme y eso quedó en evidencia cuando casi todos vinieron a participar de la grabación».
P: ¿Cómo es el material que grabaste?
AC: «Son todas canciones, algunas de las cuales las tenía compuestas de hace cuatro o cinco años. Durante la temporada 79, 80 compuse y grabé en demos con Gringui Herrera una serie de diez o quince canciones muy actuales. Algunos de esos temas los cantamos actualmente con Los Abuelos, como ‘Así es el calor’ o ‘Levantando temperatura’. Esa serie de temas resultan hoy muy actuales, tanto la letra como la música. En mi disco puse también algunas canciones muy nuevas que compuse este año en mi casa. Además, incluí algunos temas que compuse durante la grabación. Y también hay un par de temas de la obra ‘Tango-salsa’, temas que yo arreglé y modernicé para meter en ‘Hotel Calamaro'».
P: ¿Cómo definirías el estilo musical del long play?
AC: «En un estilo hospitalario. Y tratándose de un ‘Hotel’ la palabra hospitalario le cabe. Es música popular argentina, aunque no parezca una definición para el tipo de música que yo hago. Yo pienso que de una vez por todas este disco es música popular argentina. En los temas hay muchos teclados y se trabajó mucho en función de los sintetizadores y de la batería eléctrica. Sin emabrgo, no por eso es más ‘tecno’. No tuve ningún límite de swing o de expresión como músico pese a utilizar sintetizadores y máquinas de ritmo».
«Al álbum yo le quería poner un título. No quería que se llamara simplemente ‘Andrés Calamaro’. Había pensado en algunos títulos de canciones como por ejemplo ‘Radio actividad’, ‘Hombre lobo’ o ‘No me pidas que no sea un inconsciente’. Una vez que tenía diseñada la tapa se me ocurrió ponerle ‘Hotel Calamaro’. Como consecuencia de esto le puse de título a un tema ‘Bienvenidos al hotel’ para que sea el símbolo del nombre del disco».
P: En la grabación participan muchos invitados, ¿no?
AC: «Sí. Y eso es un punto curioso. Cuando se me ocurrió grabar un disco solista tenía pensado trabajar yo solo. En realidad tenía dos ideas: por un lado trabajar yo solo y por otro invitar a todos mis amigos por una simple cuestión de comunicación, de la ansiedad de tocar con la gente que no toco nunca. Empecé la grabación yo solo, pero a partir del segundo día opté por llamar a mis amigos. Como no había ensayo ni preparación previa, el disco me fue llevando por donde él quería, y entonces participaron muchos músicos. Igualmente, hay canciones donde yo toco todos los instrumentos».
P: Recién decías que el disco te había llevado para donde él quería. Musicalmente, ¿se desvirtió tu idea original?
AC: «No, pienso que no. Musicalmente se pulió la idea original. Lo que ocurrió fue que no llegaron al disco ciertas ideas que yo tenía. Por ejemplo una canción que compusimos con Pipo (Cipolatti) terminaba con el himno británico y una voz de un brigadier diciendo un discurso pero al disco no llegó así. En el álbum hubo aportes inesperados, aportes nuevos. Como dijo el poeta Valerie acerca de un libro, ‘nunca se termina sino que se abandona’. Como si yo fuera un poeta, me resigné a que un disco jamás se termina sino que se abandona. Cuando llegué al tiempo reglamentario de un álbum, abandoné este proyecto para empezar a concretar el siguiente disco de Los Abuelos. Y seguramente que cuando vuelva de grabar en Ibiza con los Abuelos me voy a meter en algún estudio a grabar otro disco. Mi hermano Javier tiene un grupo que se llama Bingo y yo lo voy a ayudar en la grabación de su disco debut. Tengo muchos proyectos en la cabeza pero no querría saturar el mercado de canciones mías. Me parece que en determinado estilo voy a hacer hasta lo que hice ahora con mi disco. Quiero buscar cosas nuevas, nuevas expresiones en la música, cosas culturales diferentes. quiero trabajar con tango, por ejemplo».