El 17 de mayo de 1953 en Roma, Italia, nacía ¿un mito?, ¿una leyenda?, ¿un ícono?, ¿un elegido? o todas al mismo tiempo, ese día el mundo recibía a un nuevo integrante: Luca George Prodan.
Nada hacía suponer que este joven desgarbado, desaliñado y pendenciero se transformaría en el faro de una generación, siendo un adolescente, mientras asistía al colegio Gordonstoun en Escocia junto al Príncipe Carlos, escapó para emprender un viaje por toda Europa, la interpol lo buscó infructuosamente, Luca volvió cuando se le dio la gana.
En ese viaje de bautismo (así lo llamaba él) recorrió cientos de pubs y clubes donde escuchó la música punk, rock sinfónico y psicodélica, esto le generó ganas de experimentar en ese campo.
A los 17 años empezó a trabajar en la sede de Londres de la EMI, allí formó su primera banda «The New Clear Heads», de tendencia punk, aunque el auge de los ritmos de las west indies como el dub y el reggae lo marcarían para siempre.
Luego de una sobredosis de cocaína de la que casi no sobrevive, le aconsejaron que se alejara de la vida frenética por un tiempo y recordó una postal que su amigo Timmy McKern le envió desde su residencia en un lugar recóndito del mundo, las Sierras Cordobesas en la Argentina, y se traslado allí de inmediato.
Prodan se hizo amigo del cuñado de McKern, Germán Daffunchio y con un vecino de éste, Alejandro Sokol, comenzaron a componer temas, que serían los primeros de la banda que se estaba gestando, así nacía una de las bandas mas importantes de América Latina, Sumo.
Con Stephanie Nuttal, una amiga inglesa de Luca dieron su primer recital en El Palomar en las afueras de Buenos Aires, se instalaron en Hurlingham donde incorporaron a un nuevo amigo, Diego Arnedo, al poco tiempo invitaron a unirse a un saxofonista que escribía notas de rock para las revistas «El colectivo imaginario» y «Humor registrado», un tal Roberto Petinatto, con la llegada de Alberto Troglio y Ricardo Mollo el grupo estaba completo.
Comenzando por el escenario underground fueron quemando etapas, el boca a boca era su mejor publicidad, el escándalo y las batallas en que solían terminar sus recitales no alejaban al público. Sus sucesivos discos «Corpiños en la madrugada», «Divididos por la felicidad», «Llegando los monos» y «After Chabón» hoy forman parte de la gran historia de la música, las canciones, generalmente en inglés, estaban disfrazadas de improvisación y tosquedad, pero eran verdaderas obras maestras.
En un accidentado recital el 20 de diciembre de 1987 en el club Los Andes, momentos antes de hacer el último tema «Fuck You», dijo «ahí va la última», efectivamente lo fue, el 22 de diciembre fue encontrado muerto de una hemorragia causada por una cirrosis hepática.