Joaquín Sabina perdió un juicio millonario y deberá pagar 2,5 millones de euros a Hacienda española.
La decisión surgió luego de que la Audiencia Nacional desestimara un recurso interpuesto por el cantante, en una causa que lo encontró responsable de no declarar correctamente sus derechos de autor en los últimos 10 años.
Según consta en la sentencia, Sabina había cedido a empresas que tiene en conjunto con su familia derechos de autor de su obra y de la que compusiera en un futuro, razón por la que no percibía cantidad alguna según sus declaraciones tributarias.
La Agencia Tributaria acepta estas sociedades, siempre que tengan medios y que realicen las operaciones a precio de mercado.
Esto quiere decir que Sabina puede traspasar a su empresa o las de su familia sus derechos de autor, pero no gratuitamente.
Ahora, la defensa intentará, al menos, anular la sanción impuesta por Hacienda, argumentando que el cantante «regularizó en una interpretación razonable de la legalidad».
En los últimos años son varios los artistas, periodistas, cantantes, presentadores de televisión, abogados y médicos, que han denunciado persecución fiscal.