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John Lydon: «Nunca vendí mi alma porque no la podría comprar de nuevo»

15/10/2016 - Noticias
John Lydon: «Nunca vendí mi alma porque no la podría comprar de nuevo»

John Lydon optó por alejarse de la fama de ser una estrella pop, ya que era demasiado aburrido.

El líder de los Sex Pistols saltó a la popularidad en los años 70 gracias a la música y la actitud anárquica de su banda. Sin embargo, Lydon no quiso mantenerse cercano a la fama y después de dejar atrás su personaje de Johnny Rotten al dejar el grupo, formó la banda Public Image Ltd, con un perfil mucho más bajo.

«No soy una estrella pop», declaró a The Big Issue. «Deliberadamente me alejé de ese lado de la vida, que estaba allí, abierto y dispuesto a aceptarme. Pero yo no quería. No quería ser otra estrella pop haciendo millones. Es simplemente aburrido. Imposible».

Todo el tiempo me pregunto a mi mismo acerca de si lo que estoy haciendo es lo correcto, y no podría justificarlo. Porque una vez que vendiste tu alma a las bolsas de dinero, ya está. No la podés comprar de nuevo. Terminaría siendo otro de esos horribles comediantes que hacen esos programas de entrevistas», indicó.

A pesar de declarar que nunca volvería a actuar con los miembros sobrevivientes de los Sex Pistols, en los años 90 se reunió con sus ex compañeros de banda, incluyendo al bajista original Glen Matlock, que fue sustituido por el fallecido Sid Vicious durante el apogeo de la banda.

Hablando de amigos perdidos, así como sus difuntos padres, Lydon admite que sigue hablando con ellos, a pesar de que han fallecido.

«Mi mamá y papá pueden haber muerto pero todavía están muy vivos en mi cabeza. Y sus expectativas y creencias en mí no van a desaparecer fácilmente, si alguna vez lo hacen», confesó. «Es lo que me mantiene cuerdo. Hay muchas cosas que les quisiera decir. Y esa es la conversación que tengo en mi cabeza».

«Lo mismo ocurre con las personas cercanas que murieron, sobre todo innecesariamente, por culpa de las drogas. La gente no se aleja de mí, se quedan para siempre. Eso es muy importante, sobre todo cuando están muertos. ¡Cuando todavía están vivas se pueden ir a la mierda!».