Aunque nació en Alaska, Kevin Johansen es uno de los principales cantautores alternativos de la Argentina, creando una fusión de estilos que el propio músico ha calificado de arte «Des-Generado».
Mientras continúa trabajando en plena cuarentena porque «la máquina no descansa», según reconoce, cree que la pandemia «es un poco la democracia de la desgracia, a ciertos niveles estamos globalmente en el mismo baile, en el mismo lodo». Aunque aclara: «Por supuesto que uno es muy afortunado de tener una casa calentita y donde recaer. No todo el mundo está así, obviamente, hay gente que la está pasando muy mal, mucho peor».
«En casa bien, con familia, con hijos de diferentes edades, así que también cada uno con sus tiempos, pero respetándonos mucho, cuidándonos. La verdad que, en líneas generales, bien», confiesa sobre cómo está pasando la cuarentena. Y agrega que respecto al trabajo, «la máquina no descansa, así que uno siempre está pergeñando ideas, que seguramente varias estarán teñidas de este momento tan inusual».
Aprovechando la conectividad que proporcionan las redes sociales, Johansen reflexiona: «Un músico siempre quiere conectar con su público, quiere despertar a algún desprevenido o desprevenida, entonces creo que las redes han magnificado, han aumentado ese abanico de posibilidades, así que lo aprovecho, lo personalizo».
Y agrega: «Trato de que no sea una cosa muy ‘de ombligo’, tampoco de el foco todo el tiempo sobre uno, de mechar, de tirar una imagen que me gusta, una frase popular en una pared, observaciones, porque compartiendo observaciones uno está compartiendo lo que está en tu mente, las ideas que vas teniendo».
Johansen también reflexiona sobre los algoritmos que, de una u otra manera, nos guían en el mundo digital. «El último disco, ‘Algo ritmos’ (2019), tiene mucho que ver con este signo de los tiempos, por supuesto, donde por ahí a través de una ecuación concluyen qué te gusta, qué no te gusta, ¿no?, esta época aleatoria o random, como decía Charly García en su disco», cuenta.
En cuanto a los juegos de palabras tan habituales en sus canciones (y en los títulos de sus discos), el músico lo atribuye a un juego. «Es un poco como decía el gran Marcos Mundstock de Les Luthiers, que lo lúdico puede ser lúcido», cuenta. «Esa es la búsqueda cuando se utiliza el juego de palabras, a lo que nos dedicamos los cantautores. Bueno, el término ‘cansautor’ lo acuñó el gran Negro (Rubén) Rada, que me parece brillante y me hubiera gustado acuñarlo a mí. La verdad que la máquina no descansa, desde ‘Cuarentemas’ a un montón de términos que tienen que ver con la coyuntura… pero vuelvo a repetir, lo lúdico puede ser lúcido».