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La Chancha Muda, un rock combativo para «explorar y explotar el arte más allá de lo musical»

19/12/2020 - Noticias, Lanzamientos
La Chancha Muda, un rock combativo para «explorar y explotar el arte más allá de lo musical»

La Chancha Muda, ejemplar político en extinción dentro del rock local, no conecta con la modalidad del streaming pero en pandemia alumbró la edición digital de su último e incendiario trabajo, el disco-libro «La peste del cazador», y lanzó en plataformas un material con parte de ese repertorio registrado en vivo en noviembre del año pasado.

«Este iba a ser un año cargado de shows, con varios viajes previstos, algunos festivales y fechas importantes y desgraciadamente todo quedó atragantado. Se venía un año tremendo y como que nos bajaron de un hondazo. Mientras tanto hay que rebuscárselas para seguir en acción y que el fuego siga prendido», comenta el vocalista de la banda, Gonzalo Pascual, en declaraciones a la agencia Télam.

El cantante del grupo que completan Christian Tamanaha (saxo), Diego Chiaradía (batería), Federico Fassa (guitarra), Juan G. Bisio (guitarra), Maximiliano Verá (bajo) y Rómulo Tomaselli (trompeta), confiesa: «Por el momento la idea del streaming no nos seduce mucho, pero la idea es seguir pudiendo generar contenido de alguna manera».

En ese camino, el combo formado hace 17 años en el barrio porteño de Parque Chacabuco decidió publicar en formato de libro/disco la lograda producción plasmada en «La peste del cazador», que funciona como tercer álbum de la banda tras «Ya no queda más lugar bajo la alfombra» y «Sinfonías libertarias», publicados respectivamente en 2013 y 2016.

«La peste del cazador» reúne las canciones «Incinerador», «Sobre las canciones deformes», «Oración para los encerrados», «Verso», «Nueve», «Patas de cabra», «Carpincho», «Escape (dese prisa)», «Fuelle» y «La chispa», con textos de Jacinto Flores, ilustraciones de Aníbal Caubet, la participación de Osvaldo Bayer, el diseño de El Maizal-cooperativa de comunicación e impresión tipográfica de Prensa La Libertad.

Con cuatro piezas de ese trabajo y otras tres de «Sinfonías…» («La escena», «Un fuego sepultado en el jardín» y «Bicho raro») ejecutadas en directo en la sala La Trastienda, La Chancha Muda acaba de lanzar, además, un EP en formato digital.

P: ¿Por qué era necesario para el grupo la edición física y gráfica de «La peste del cazador»?

Gonzalo Pascual: Esa necesidad tiene que ver por un lado con la generación a la que pertenecemos y la forma en la que nos criamos escuchando música, sin internet, y con ese encanto mágico que tenía el formato físico de los discos y todo el significado que implicaba meterte en ese universo. Y por otro lado, con una necesidad artística nuestra, de explorar y explotar el arte más allá de lo musical, que está muy relacionada también con el lugar de importancia que le damos a las letras, al contenido, al concepto y al mensaje que queremos transmitir.

P: ¿Cómo se fue gestando la decisión de hacer un disco conceptual?

GP: «La peste…» surge con la vehemencia de un tercer disco. Compuesto en un lapso de tiempo más acotado que los anteriores, con la banda mucho más madura y mejor plantada. A medida que fueron apareciendo los temas, sin haberlo previsto, fuimos viendo que tenían un lazo común que los unía y fue tomando cada vez más fuerza esa idea de «obra conceptual». Hubo un concepto que fue creciendo y haciendo que todo se vaya alineando en un mismo eje, tanto las letras como la música, como la estética, como el carácter general del disco, y la potencia y el temperamento del audio.

P: ¿Cómo se gestó la conexión estético-política del material?

GP: Aníbal Caubet, ilustrador de «Sinfoniás libertarias» y de «La peste del cazador» tenía su taller en un caserón donde entre otros también funcionaba el de Prensa La Libertad. En una de las tantas visitas nos presentó a Fede (Cimatti) y quedamos bastante flasheados con todo su laburo y sobre todo con la conexión que veíamos entre La Chancha y la línea que tenía su trabajo, el espíritu y la estética.

P: ¿El futuro inmediato del grupo es seguir conectando disciplinas como lo hicieron para «La peste del cazador»?

GP: Seguramente. No sabemos bien aún cuáles ni cómo, pero para el próximo disco en el que ya estamos trabajando la idea es volver a explotar la obra en todas las dimensiones que podamos.

P: ¿De qué modo define La Chancha Muda su posicionamiento político?

GP: En primer lugar, aclarar que, siendo siete integrantes, y cada uno con su inclinación, el posicionamiento político de la banda resulta de esa interacción compleja, y es algo dinámico, que está en constante movimiento. Nosotros nos consideramos fundamentalmente actores sociales, con un gran poder de transformación, y de ahí se desprende lo político por decantación. Como banda no somos partidarios de nadie, lo que no significa que no seamos políticos. Claramente gran parte del mensaje de La Chancha atraviesa ese terreno. Intentamos tener siempre una mirada crítica de las cosas, y apoyamos las causas y los ideales en los que realmente creemos, y por los que intentamos jugárnosla siempre, más allá de las banderas. Somos bastante intransigentes en eso. Lamentablemente yo tengo cierto descreimiento sobre la dirigencia política en general, más allá de con quién pueda haber mayor o menor empatía. Hay una realidad que nunca termina de cambiar. Hay un sistema que está podrido, y lo que intentamos nosotros, siempre que podemos, es romperlo. De ahí también algunos guiños con el anarquismo en nuestro arte.

P: En el universo del rock argentino la política no parece ser un asunto potente ¿Cómo creen que dialoga esta apuesta de La Chancha Muda con la escena rockera?

GP: Yo creo que esa puede ser una postal de este presente y hay cierta ausencia en ese lugar. Pero La Chancha reivindica de alguna forma ese rol que en algún momento supo desempeñar el rock, y es una de las puntas de lanza de lo que hacemos.


Texto: Sergio Arboleya / Foto: Télam