La fiscalía de Berlín anunció que pone fin a la investigación que abrió en junio contra el cantante del grupo de metal industrial alemán Rammstein, Till Lindemann, acusado de agresiones sexuales, al «no poder establecer que tuvo relaciones no consentidas con mujeres».
La acusación surge de una joven irlandesa que denunció que en un concierto de Rammstein en la capital lituana de Vilna le habrían sido suministradas drogas, supuestamente con el fin de que mantuviese relaciones sexuales con el vocalista.
Luego, hubo testimonios de otras mujeres recogidos en medios alemanes e internacionales que denuncian la existencia de un presunto sistema en torno al cantante para captar a jóvenes con las que pudiera tener relaciones sexuales tras los conciertos, algunas de las cuales afirman que se sintieron intimidadas o violentadas por la actitud de Lindemann, mientras que otras han declarado que el cantante abusó de ellas, o haber presenciado cómo otras chicas se comportaban como si estuviesen drogadas.
La policía lituana afirmó a principios de junio que no seguiría investigando la denuncia original contra el cantante por falta de pruebas pero el gobierno alemán decidió crear zonas de protección para mujeres en los shows que la banda dio en Múnich y la formación de equipos de intervención especiales, así como eliminar el espacio que se encuentra justo delante del escenario, donde se encontraban las presuntas víctimas.
Las acusaciones provocaron manifestaciones antes de los conciertos de la banda en varios países, así como la cancelación de fiestas posteriores a los conciertos en Alemania.
«La evaluación de las pruebas disponibles y la audiencia de los testigos no permitió establecer que el acusado tuvo relaciones sexuales no consentidas con mujeres», resolvió hoy sobre el caso la fiscalía de Berlín, reportó la agencia AFP.
Lindemann, que lidera desde 1994 al grupo de habla alemana que más álbumes vendió en el mundo, escribió en su cuenta de Instagram tras la determinación judicial: «Agradezco a todos los que esperaron sin prejuicios el fin de la investigación».
El ministerio público fundó su fallo en que «las presuntas víctimas no se habían dirigido hasta ahora a las autoridades encargadas de las investigaciones penales sino únicamente -y ello incluso después de que la investigación se hizo hecho pública- a periodistas que se acogieron a su derecho a negarse a declarar».
«No hubo, por ende, posibilidad de fundamentar suficientemente las posibles acusaciones, ni de formarse una idea de la credibilidad de las presuntas víctimas y de la verosimilitud de sus declaraciones durante el interrogatorio», agregó la fiscalía.
También se archivó la investigación en contra del mánager acusado de llevar a las jóvenes en los bastidores durante los conciertos.