Las Pastillas del Abuelo darán en agosto recitales presenciales en Córdoba y en el porteño teatro Gran Rex, ratificándose como una de las propuestas musicales que más se movió en el contexto de la pandemia porque, sostiene el compositor y guitarrista Diego «Bochi» Bozzalla, desde su lugar decidieron «aportar a que la rueda vuelva a girar en lugar de esperar a poder volver a meter 10.000 personas en un estadio».
«Siempre intentamos ir haciendo lo que se podía. Primero fue el streaming y al momento de poder volver al vivo, con presencia reducida de público y protocolos, no dudamos en hacerlo», repasa Bozzalla durante una entrevista con la agencia Télam.
El sexteto nacido en 2002 dio un concierto por streaming en noviembre de 2020 y este año encadenó media docena de presentaciones en el porteño Hipódromo de Palermo.
La banda, que junto a Bochi integran Piti Fernández (voz), Alejandro Mondelo (teclado), Santiago Bogisich (bajo), Fernando Vecchio (guitarra), Juan Comas (batería) y Joel Barbeito (saxo), fundamenta esta decisión: «En su momento creímos, y lo seguimos haciendo, que es lo que tenemos que hacer desde nuestro lugar de artista convocante y así mantener el motor encendido por más que no pudiéramos movernos».
El combo brotó en las aulas y pasillos del colegio secundario Mariano Acosta en el barrio porteño de Balvanera, en 2002 adopta su actual denominación y registra sus dos primeros demos hasta desembocar en el álbum debut «Por colectora» (2005), registrado tras un consagratorio verano en Villa Gesell.
El camino ascendente de la banda la llevó por primera vez al estadio Luna Park en abril de 2008 y ocho años más tarde reunió a 25.000 espectadores en la cancha de Ferrocarril Oeste, mientras, además, giró por toda la Argentina y por Uruguay, Chile, Paraguay, Perú, México, Cuba, Brasil y España.
En ese andar registró los discos de estudio «Las Pastillas del Abuelo» (2006), «Crisis» (2008), «Desafíos» (2011) y «Paradojas» (2015); cuatro placas en vivo: «Versiones» (2010, «La Kermesse» (2012), «10 Años» (2013) y «Vivo de Pastillas Locura y Realidad» (2017) y «El Barrio en sus Puños» (2014), ópera rock inspirada en la vida del boxeador Oscar «Ringo» Bonavena que fue llevada a los escenarios en la modalidad Teatro Ciego.
Y puesta a rodar con «2020», su noveno y más reciente disco, como faro, la agrupación llegará a Córdoba para tocar el 19 de agosto en el Predio Multiespacio de Río Cuarto y una noche después y por partida doble (a las 19 y a las 21) en Plaza de la Música de la capital provincial.
Una semana después, Las Pastillas iniciará una serie de conciertos con la que debutará en el Gran Rex del centro de Buenos Aires donde, hasta ahora, hay cinco veladas anunciadas: 27, 28 y 29 de agosto y 1 y 2 de septiembre.
P: ¿Qué significa para Las Pastillas del Abuelo llegar por primera vez a un teatro de la avenida Corrientes?
Bochi Bozzalla: El teatro Gran Rex es un lugar emblemático donde han tenido lugar grandes acontecimientos artísticos y culturales entre conciertos, obras teatrales y musicales. Tiene lo que conocemos como «mística» y eso nos seduce a la hora de programar hacer conciertos ahí. Por otro lado nunca antes habíamos tenido la oportunidad de tocar en ese sitio y se da justo en este contexto sanitario donde el público no puede estar agolpado frente al escenario y el teatro con butacas facilita la cuestión de mantener la distancia requerida.
P: ¿Qué se puede adelantar del repertorio que proponen en vivo en este momento?
BB: Básicamente seguimos presentando «2020», que es nuestro último disco, así que esas canciones seguro van a estar como también estarán clásicos de discos anteriores que no pueden faltar. En el caso específico del Gran Rex estamos definiendo si vendrá algún invitado y si elegimos reflotar algunas canciones que no estamos incluyendo últimamente. Por suerte son varias funciones y podemos ir variando la lista de acuerdo a los días.
P: «2020» tiene un pulso más rockero que otros discos del grupo, ¿cómo surgió el predominio de ese sonido? ¿La idea es subrayando ese costado?
BB: Logramos algo en el audio de las guitarras que no habíamos logrado antes, que es mérito del trabajo conjunto entre nosotros y quienes llevaron adelante la producción artística del disco, Alejandro Vázquez, Pablo Spivak y Ale Kurz; y creo que desde ahí podemos asociarlo a ese sonido que se aprecia.
P: ¿Qué planes pueden contar sobre el horizonte musical de Las Pastillas?
BB: Lo que queda del año seguiremos presentando «2020» en la medida que se vayan habilitando lugares y capacidades de acuerdo a las condiciones sanitarias y protocolos correspondientes. Y en el 2022 estaremos cumpliendo 20 años y encararemos el correspondiente festejo armando una gira si todo se va normalizando como esperamos.
«El rock sigue generando cultura»
Diego «Bochi» Bozzalla sostiene que, aunque en la actualidad «el rock dejó de estar en el candelero y sus artistas no son los más consumidos por el público en general, siempre está ahí generando cultura».
«Hoy que ya no se venden discos y pasamos a hablar de reproducciones o visualizaciones, Las Pastillas fue creciendo y adquiriendo oficio y experiencia, y en ese sentido veo como muy lógico y natural nuestro desarrollo», analiza Bozzalla.
P: ¿Cuáles son los motivos y las motivaciones de seguir tocando juntos, compartiendo un proyecto tras casi dos décadas de actividad?
BB: El principal motivo es que seguimos teniendo ganas de hacer música juntos. Entonces siguen surgiendo cosas para hacer porque las ganas y el interés están ahí latentes. Por otro lado somos muy conscientes del privilegio que hemos tenido a lo largo de estos casi 20 años de carrera de poder desarrollarnos artísticamente como lo hemos hecho y eso es algo que nos ocurrió a todos juntos y no a cada uno por separado. Entonces una manera de agradecer todo lo que nos pasó y sigue pasando es seguir alimentando, cuidando y manteniendo ese fuego en lugar de dejar que se apague.
P: En ese sentido, ¿cuánto aporta cada disco y en particular «2020» a esa determinación colectiva?
BB: Cada vez que hacemos un disco liberamos un puñado de canciones que van encontrando su lugar entre las que ya sacamos antes y entre todas las canciones que sacan también otros artistas. Algunas lo logran inmediatamente y la gente las hace suyas y de tanto tocarlas se transforman en clásicos. Otras tardan más, otras parece que nunca lo logran y quedan un poco a un costado. Yo no suelo escuchar mucho nuestros discos pero sí tengo muy vívido el momento en que cada disco fue grabado y sé que es fiel reflejo de como estábamos en ese momento. Y «2020» no le va a escapar a esa condición con el tiempo.
Texto: Sergio Arboleya / Télam