Después de lanzar el histórico disco debut «Kill ‘Em All», Metallica volvió con su segundo álbum, «Ride the Lightning», el 27 de julio de 1984, exactamente un año y dos días más tarde..
«Ride the Lightning» rápidamente arrasó con todos los maleficios del segundo disco con un set de canciones que encontraron a la banda ampliando el alcance de su sonido thrash metal para incorporar arreglos más nítidos, composiciones más reflexivas, melodías más fuertes e incluso un poco de guitarra acústica.
Los cuatro metaleros llegaron al estudio del productor de «Ride the Lightning», Flemming Rasmussen, en Copenhague en el invierno boreal de 1984 con mucho impulso. Pero hubo algunos obstáculos en el camino.
«Fue genial cuando empezamos allí, pero sentimos nostalgia después de tres o cuatro semanas», dijo más tarde el guitarrista Kirk Hammett a Rolling Stone, entre risas. «Eran tres estadounidenses y un danés. Fue fácil para el danés encajar, pero no fue tan fácil para los tres estadounidenses. Estábamos experimentando un poco de ese choque cultural».
Agregando que realmente no tenían «nada más que hacer además de trabajar en música y tomar cerveza Carlsberg», admitió Hammett, «destruimos totalmente la casa de nuestro amigo donde nos estábamos quedando. Tapamos la bañera de su baño».
Rasmussen admitió en la entrevista con Rolling Stone que «nunca había oído hablar» de Metallica, «pero realmente me gustaban como personas. El estudio en el que trabajaba, Sweet Silence, era famoso en Dinamarca. A mi mentor le gustaba mucho el jazz y un día me llamó y me dijo: ‘¿Qué les pasa a estos muchachos? No pueden tocar’. Y yo digo: ‘¿A quién le importa? Escuchá la energía».
Los cambios creativos encontrados en «Ride the Lightning» también fueron fundamentales para seguir adelante después del despido del miembro fundador Dave Mustaine. El baterista Lars Ulrich dijo que eso le dio a Metallica la oportunidad de incorporar nuevas voces creativas.
«Fue la primera vez que los cuatro escribimos juntos y tuvimos la oportunidad de ampliar nuestros horizontes. No creo que fuera un esfuerzo consciente por romper con algo musical», dijo Ulrich a Rolling Stone. «Al escuchar canciones como ‘Fight Fire’ y ‘Trapped Under Ice’, obviamente todavía estábamos en el tipo de material thrash. Pero nos dimos cuenta de que había que tener cuidado de que no se volviera demasiado limitante o unidimensional».
«‘Ride the Lightning'», agregó Ulrich, «fue la primera vez que tanto [el bajista] Cliff [Burton] como Kirk tuvieron la oportunidad de sumar lo que estaban haciendo. Simplemente venían de una escuela diferente, especialmente Cliff, que venía de una enfoque mucho más melódico».
Esta evolución fue totalmente deliberada, como lo demuestran los comentarios de Ulrich en una entrevista de 1984 con Kerrang! en la que compartió sus razones para alejarse del thrash: «Implica falta de arreglos, falta de habilidad, falta de composición, falta de cualquier forma de inteligencia», argumentó en aquel entonces. «Para mí, el thrash metal es simplemente hacer riffs en mi durante cinco minutos lo más rápido que puedas».
«Ride the Lightning» fue un éxito de ventas para el grupo anteriormente clandestino, alcanzando el puesto número 100 en la lista de Billboard. Eso finalmente atrajo el interés de Elektra Records, quien firmó un nuevo contrato con Metallica y reeditó el álbum más adelante ese mismo año.
Por supuesto, la ampliada paleta musical del disco no estuvo exenta de detractores. «Hubo una reacción extraña ante ‘Fade to Black’ y ante la variedad del disco. Supongo que nos sorprendió un poco», admitió Ulrich. «La gente empezó a llamarnos vendidos y todo ese tipo de cosas. Algunas personas estaban un poco desconcertadas por el hecho de que había una canción que tenía guitarras acústicas».
«Eso fue bastante divertido», añadió Ulrich, «porque en cada gran disco de Black Sabbath, Deep Purple, Iron Maiden, Judas Priest, Mercyful Fate, también era parte de su arsenal. El hecho de que siguiéramos ese camino seguramente podría no haber sorprendido a nadie».
Aún así, concluyó Ulrich riendo entre dientes, «obviamente se mantiene muy bien. Hay una especie de energía juvenil que recorre el disco. Una buena parte de estas canciones siguen siendo elementos básicos de nuestro set en vivo. Y entre ‘For Whom the Bell Tolls’, ‘Creeping Death’, ‘Fade to Black’ y ‘Ride the Lightning’ no son un mal promedio de bateo».