El multinstrumentista inglés Joseph Mount, vocalista y fundador de la banda indie electrónica Metronomy, expresó que su proceso creativo se tornó «más simplificado y mejorado» en la etapa posterior a la paternidad.
El proyecto musical de Mount cerrará el Music Wins en el Club Ciudad de Buenos Aires y será antecedido por Chet Faker, The Blaze, Devendra Banhart, The Magnetic Fields y Crumb, entre otros.
Metronomy completa su formación con Oscar Cash, Anna Prior, Olugbenga Adelekan y Michael Lovett, aunque es Mount quien está detrás de la composición, letras y producción del grupo.
En una entrevista con la agencia Télam, el vocalista repasó sus experiencias anteriores tocando en Buenos Aires, explicó sus procesos creativos y detalles respecto de la composición y la temática detrás de su último disco editado en febrero pasado, «Small World», enteramente mentado y producido durante la pandemia de coronavirus.
El músico inglés contó que la temática del aislamiento y el Covid-19 «inspiró mucho» a ese reciente álbum, ya que «era todo tan triste» y no se «sentía realmente muy bien», aunque posteriormente comenzó a «ver las cosas positivas de lo que estaba pasando» a partir de la situación.
«De alguna manera, se tornó una forma interesante de componer música: mi experiencia se vio bastante afectada por el hecho de que tengo hijos; así que decirles cosas como ‘todo va a estar bien’ era como una especie de mantra», contó Mount a través de una videoconferencia desde el sudeste de Inglaterra, aludiendo a uno de los títulos de las canciones del disco, «Things Will Be Fine».
En cuanto al factor positivo de ese contexto, el productor musical señaló el hecho de «pasar tiempo en familia» y mencionó que, «a pesar de estar influenciado por todo lo que estaba pasando», buscó hacer un disco que «no estuviera encerrado en ese período sino que lo superara».
Consultado sobre sus recuerdos sobre la composición y producción de uno de los mejores álbumes de Metronomy, «Summer 08», editado en 2016 y el primero en que Mount grabó en soledad todos sus instrumentos, contó que el proyecto se dio cuando tuvo su segundo hijo y aspiraba a pasar más tiempo con su familia.
«Le dije a la discográfica que quería editar un álbum pero sin tener que presentarlo en una gira porque quería estar en casa. Así que tuve la idea de tratar de hacer un disco que fuera sobre esa época que perdí tras lanzar ‘Nights Out’ (2008) y encontré un montón de canciones que había empezado a hacer mientras editaba ese otro disco pero que nunca había terminado», reseñó.
De esa manera, «Summer 08» está hecho «con todas esas canciones que nunca fueron terminadas y terminaron cuadrando a los fines de ese álbum. Es curioso: hoy en día lo escucho y me doy cuenta de que algún día me va a gustar mucho pero todavía no me vuelve loco… necesito un poco más de tiempo. Algunas de las canciones son realmente brillantes pero otras siento que necesitan más tiempo».
P: ¿Cuál es tu disco favorito de Metronomy, entonces?
Joseph Mount: Siempre será «Nights Out» por ser tan complicado para mí recordar lo que pensaba cuando lo estaba haciendo. Se siente muy punk y ciertamente crudo. Así que me gusta mucho ese.
P: Has dicho que tus discos van documentando tu vida, ¿cuánto influyó haber sido padre en la composición?
JM: Te convertís en alguien más simplificado y mejorado en la manera de hacer las cosas. Si salís con tus amigos, lo hacés realmente bien: tenés demasiada diversión para una sola noche. Y es lo mismo con la música: si no tenés demasiado tiempo para componer, significa que cuando lo hacés, tratás de estar mucho más concentrado y focalizado. Ahora cambió un poco porque mis hijos crecieron y ya no me necesitan tanto, así que volví a tener más tiempo para hacer música. Pero, ciertamente, significa que empezás a pensar las cosas de una manera mucho más eficiente, o con una aproximación más consuetudinaria: una mentalidad más como de estar en un empleo formal, lo cual no es necesariamente algo malo.
P: ¿Estás entusiasmado por tocar nuevamente en Argentina? ¿Qué recuerdos tenés de los shows anteriores?
JM: Sí, muy entusiasmado. La primera vez que tocamos en Sudamérica fue en Buenos Aires, en un boliche lleno de gente a las 2 de la madrugada. Es curioso que la primera impresión que a uno le queda cuando es músico es analizar la juventud de ese lugar y ver cómo reacciona, y la pasamos maravillosamente. Seguramente tocamos más de seis veces y es una ciudad realmente encantadora. Los fans son muy copados, así que siempre es muy estimulante volver. Tengo como una suerte de rutina cada vez que estoy en Buenos Aires: ir a un mercado que siempre voy, que es una especie de mercado de pulgas. Espero que siga allí porque la última vez fue como hace cuatro años.
P: El arte de tapa de «Small World» es una fotografía que tomó tu madre en los noventa. ¿Por qué la elegiste y qué se puede contar sobre esa foto y el lugar donde fue tomada?
JM: Mi madre es fotógrafa y hay unas pocas fotos que ella tomó que son muy memorables para mí, de todas las que vi. Y esta es una, que a lo largo de mi vida está bastante presente. Cuando veo esa foto pienso en ese lugar tal cual como lo recuerdo, en sintonía con cómo luce esa imagen. Pero en la realidad, ya no es lo mismo… el árbol creció y las cosas cambiaron; no es tan hermoso como solía serlo. Y sentí que era como una especie de paralelo bonito para trazar: tener algo que luce tan hermoso pero darse cuenta de que es increíblemente transitorio, que no dura para siempre y se pasa bastante rápido. Y es así como mi madre hablaría sobre la fotografía en general: que se trata de capturar un momento en el tiempo. Y supongo que eso es un poco lo que el álbum debería evocar.
Por Martín Olavarría y Javier Berro (Télam)