A casi tres décadas de su debut discográfico y a poco más de 20 años de acaparar la atención del mundillo musical con su exitoso álbum «Play», el artista neoyorquino Moby realiza un novedoso repaso de su obra en su nuevo trabajo «Reprise», al reversionar sus clásicos junto a la sinfónica Budapest Art Orchestra y un puñado de figuras invitadas entre las que destacan Gregory Porter, Kris Kristofferson y Mark Lanegan.
El lanzamiento, previsto para el 28 de mayo, será acompañado de «Moby Doc», un surrealista filme biográfico dirigido por Rob Bralver, en el que a través de distintos recursos narrativos, el compositor relata sin rodeos su dura infancia, su especial conexión con la música y los animales, su temprana fascinación por el punk rock, su irrupción en la escena electrónica, el inesperado suceso mundial, las adicciones y la depresión.
Sin embargo, en ninguno de los dos casos el creador de clásicos como «Natural Blues», «Go» o «Why Does My Heart Feel So Bad?», entre tantos, se vio movilizado por un afán retrospectivo, sino que las motivaciones pasaron por afianzar aquellos mensajes que el propio artista asegura querer transmitir en cada aparición pública desde sus inicios.
«La idea fue la misma que tengo siempre en cada pieza musical en la que trabajo: usar la música como una forma de comunicar emociones», resumió Moby en una charla telefónica con la agencia Télam, al referirse a su nuevo disco; en tanto que respecto al documental puntualizó que la búsqueda central apuntó a «desmitificar el culto y la obsesión que existe en torno a la fama».
«Los artistas deben usar sus plataformas para llamar la atención de su audiencia sobre los problemas que preocupan, como el cuidado del medio ambiente o la defensa del derecho de los animales. Es una herramienta muy poderosa. Hay figuras que la usan solo para hacer más dinero o para ser más famosos. Se pueden hacer cosas más importantes que esas», sentenció el músico desde Nueva York.
En tal sentido, así como «Reprise», con una orquesta sinfónica y voces reales reemplazando lo que en sus versiones originales había sido abordado con sintetizadores y samplers, da nueva vida a viejas composiciones; «Moby Doc» se concentra en transmitir las enseñanzas adquiridas y en ratificar el compromiso del artista con la temática ambiental y los derechos de los animales.
Para ello, el realizador Bralver optó por atemperar la crudeza y honestidad del relato de Moby sobre distintos sucesos en torno a su vida personal con escenas graciosamente animadas, títeres, pequeñas performances de sesiones de terapia o representaciones de su infancia con el propio músico como protagonista, imágenes de archivo y una entrevista a cargo del cineasta David Lynch.
En este contexto, el artista nacido bajo el nombre de Richard Melville Hall, que adoptó su mote artístico inspirado en el famoso cetáceo surgido de la pluma de su tío bisabuelo Herman Mellville, brindó detalles acerca de «Reprise» y «Moby Doc».
«Muchos de mis familiares son de Argentina, así que me crié escuchando ‘español argentino’ pero lamentablemente no lo hablo lo suficientemente bien como para mantener una conversación», se disculpó Moby desde un principio, quien además expresó su deseo de venir al país «ni bien pase el apocalipsis».
P: ¿Cómo surgió la idea de hacer un disco con estas versiones tan novedosas?
Moby: Surgió con la misma simple idea de siempre de usar la música para comunicar emociones. Para ese fin, nunca me preocupó demasiado el género musical, si era punk, rock, clásica, electrónica o folk. Lo novedoso fue hacer un disco de la manera en que nunca trabajé, porque generalmente lo hago solo en mi estudio. Esto fue muy distinto porque acá había un coro góspel, un cuarteto de cuerdas, una orquesta, diferentes cantantes, ingenieros y un director. Fue completamente diferente a lo que suelo hacer y el proceso fue realmente fascinante. Tuve que escribir para una orquesta y todo tenía que ser perfecto porque cualquier pequeña imperfección enseguida se nota.
P: Siempre hubo un gusto especial por las tradicionales «voces negras» en su música, pero aparecían en samplers. Pareciera que finalmente se dio el gusto de grabar con cantantes de ese estilo.
M: Cuando era muy joven quería ser un gran cantante pero me di cuenta de que, si bien no tenía una mala voz, tampoco tenía una gran voz, entonces si quería tener voces hermosas en mis discos, tendría que trabajar con las voces de otras personas. De la misma manera que no tengo lealtad a ningún género, tampoco me importa mucho si uso una voz femenina, masculina, actual o vieja. Lo que me importa es cómo esa voz me afecta emocionalmente. La versión original de «Natural Blues» tiene una asombrosa voz de una mujer llamada Vera Hall y la rehice en esta oportunidad con Gregory Porter y Amythyst Kiah y sentí que habían hecho algo diferente pero, en definitiva, igual de maravilloso.
P: ¿Por qué eligió en el documental «Moby Doc» generar una especie de choque entre la honestidad del relato y los artificios visuales utilizados como soportes para ello?
M: Fui jurado en el Festival de Tribeca y en otras competencias, y vi tantos documentales que cuando empezamos a trabajar en este quise lograr dos cosas: ser honesto pero también a la vez quería que fuera interesante. Entonces con Rob nos planteamos hacerlo distinto a los demás. La única entrevista la hace David Lynch y el resto lo queríamos contar de la mayor cantidad de maneras diferentes como fuera posible, ya sea con dioramas, títeres, animaciones o una sesión de terapia. Básicamente hicimos todo lo que los demás documentalistas no hacen.
P: ¿Cuál fue el mensaje que quiso transmitir al decidir contar su vida?
M: Creo que el mensaje más importante es que la gente se dé cuenta que riqueza, fama y éxito comercial no necesariamente mejoran la vida. Vivimos en una cultura en la que la gente cree que si tuviera lo que tienen otros serían más felices pero no hay evidencia de que sea así. Hay que desmitificar el culto y la obsesión que existe en torno a la fama y hacer que la gente se sienta más cómoda con sus vidas. En la película también hablo de depresión, ansiedad, adicción. Una de mis esperanzas es que alguien que padece alguna de estas cosas vea esto y se sienta más cómodo hablando de eso que seguramente lo avergüenza.
La fama y la amistad con David Bowie
Tanto en varios pasajes del documental biográfico en donde se los ve compartir escenarios, como en la sentida versión de «Heroes» incluida en «Reprise», sobran evidencias de la admiración de Moby hacia David Bowie y la relación amistosa entre ambas figuras.
«Cuando empecé quería ser un gran cantante como David Bowie», confesó el músico y aunque de inmediato aceptó que no contaba con una gran voz, esa condición pareciera no haber sido impedimento para que de todos modos alcanzara el éxito y, como consecuencia de ello, tuviera la oportunidad de conocer y trabar una amistad con el icónico artista.
Así como en «Moby Doc» abundan referencias a Bowie, también hay reflexiones del protagonista en torno a la fama, un tópico que precisamente la leyenda británica abordó en la famosa canción «Fame», de 1975, escrita en colaboración nada menos que con John Lennon.
«Fuimos buenos amigos con David. Nos fuimos juntos de gira, compartimos vacaciones, pero realmente nunca hablamos sobre esa canción», reveló Moby.
Sin embargo, con la autoridad de haberlo conocido de cerca, se animó a reflexionar acerca de los sentimientos compartidos en torno al hecho de ser una figura pública.
«Todas las personas famosas tienen una relación complicada con la fama, al menos los que no murieron, porque también sabemos que mucha gente se hace famosa y muere prematuramente. Es interesante porque puede ser muy destructiva, puede destruir tus relaciones, tu psicología, tu salud pero también te permite tener una audiencia y ver cosas del mundo que otras personas no pueden ver», destacó el músico neoyorquino.
Y concluyó: «Nunca escuché a David hablar acerca de cuánto le gustaba ser famoso pero en definitiva, era un hombre que hacía cosas simples como todo el mundo. Pienso que veía a la fama como una herramienta para comunicarse con la gente, pero más que nadie entendería cuán destructiva puede ser».
Fuente: Télam