El músico y compositor Kevin Johansen presentó anoche en un bar del barrio porteño de Palermo «Nada es para siempre (salvo este amor)», el documental sobre el proceso de grabación del disco «Tú ve» en el que recorre, acompañado por artistas de la talla de David Byrne, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler y Silvia Pérez Cruz, «versiones propias y ajenas» de algunas canciones que marcaron su vida.
«Quizás porque soy generación MTV siempre sentí que la imagen acompaña, que debe acompañar, después hay momentos donde quizás hay una vocecita que te dice ‘la música es invisible’; no por nada (Luis Alberto) Spinetta le puso así a una banda», contó Johansen en declaraciones a Télam en el patio del bar porteño Congo, luego de presentar el tráiler del documental que dirigieron su hija Wiranda Johansen y Bruno Adamovsky.
Con imágenes en blanco y negro del archivo familiar del músico nacido en Alaska, de madre argentina y padre estadounidense, escenas hogareñas y fragmentos del backstage junto a artistas de la talla de David Byrne en Nueva York, el documental revela un universo donde lo doméstico y lo mainstream conviven con naturalidad.
Disponible desde hoy en YouTube, «Nada es para siempre (salvo este amor)» funciona como una suerte de espejo audiovisual del universo de inspiración plasmado en el álbum «Tu ve» producido por Juan Campodónico que el propio Johansen definió como «un recorrido por las tres grandes bateas de discos» de su vida: la que se hereda de los padres, la que se descubre en la adolescencia y la que se abraza en la adultez.
Allí, mezcló temas propios de álbumes anteriores -«Tú ve» junto a la mexicana Natalia Lafourcade; una versión en inglés de «Anoche soñé contigo» en dúo con David Byrne y «Desde que te perdí» en colaboración con Silvia Pérez Cruz- ; con «A Little Respect» de Erasure, «El Albertío» de Violeta Parra, «Suzanne» de Leonard Cohen junto a Jorge Drexler, «El cielo» de Talking Heads, «Oración al tiempo» de Caetano Veloso, «16 Tons» de Merle Travis y «Perfect Day» de Lou Reed.
Después de presentar el tráiler y tocar «Perfect Day», «Tú ve» y «A Little Respect», acompañado por los músicos Paco Leiva y Pablo Bonilla, Johansen conversó con la agencia Télam en el patio de Congo:
P: ¿Cómo surge la idea de este disco de temas propios y ajenos?
Kevin Johansen: Yo tengo un disco de temas propios guardado para sacar en algún momento pero también tenía uno en carpeta de covers y versiones que en la pospandemia se dio para trabajar con Juan Campodónico, que era una cuenta pendiente que teníamos. Yo de vez en cuando hago covers y me gustaba la idea de poder decir «delego el ego y hago versiones de otros». Entonces hablamos con Campodónico (Bajofondo, Jorge Drexler, El Cuarteto de Nos) a través de (su mánager) Margarita Bruzzone que pergeñó la idea de laburar con él y ahí salió. Lo primero que le dije fue: «Estoy a favor de la zona de confort», porque ahora está de moda decir que hay que salir de ahí pero yo no estoy de acuerdo porque cuando uno está cómodo caen las ideas. También le dije: quiero estar a favor de tu zona de confort también y que realmente los temas que veas que me salen bien, te gusten. Después, él hinchó para hacer algunas versiones mías también y entonces salió «Desde que te perdí», «Tú ve» y una versión de «Anoche soñé contigo» de David Byrne.
P: ¿Cómo fue el criterio de selección de canciones?
KJ: Es un poco como las tres bateas de discos que hay en tu vida: la batea que te toca por padres, en mi caso por mi madre más que nada, donde estaba el tango, el folclore del norte y el del sur, y después por ahí podías encontrar a Violeta Parra o Merle Travis; después están la batea de la adolescencia que es cuando empezás a descubrir cosas que en mi caso pueden ser Erasure o Talking Heads, y la batea propia, de la madurez, como Caetano Veloso o Lou Reed.
P: ¿Es distinta la sensación de presentar un disco de temas propios que uno de covers o reversiones?
KJ: Es curioso porque alguien me dijo : «Este disco, paradójicamente, habla mucho de vos», que me gustó porque es cierto: en un punto es un disco que habla mucho de mí desde lo que me atravesó de adentro para afuera. Hay algo de la música que te atraviesa, que en mi caso como músico la reconvierto en algo y me lo apropio, por eso son canciones «propias y apropiadas» como me dijo alguien y que está bueno. Digamos que este disco es un manojo de canciones que me han atravesado y las traduzco de esta manera.
P: ¿Cómo fue la elección de los invitados?
KJ: Fue una fiesta conseguir a los invitados y coincidir sobre todo, ir a México y conocer la casa de Natalia Lafourcade cerca de Veracruz, conocerla en su salsa; estar en Montevideo con el querido hermano Jorge Drexler, que estábamos grabando en el estudio Zorzal de Campodónico; en Nueva York con el gran David Byrne que fue un sueño.
P: Respecto al documental, ¿Hoy es una exigencia para los artistas incorporar otro tipo de contenidos al disco que lo complemente o le de un valor adicional?
KJ: No lo pienso así pero quizás porque soy generación MTV siempre sentí que la imagen acompaña, que debe acompañar, después hay momentos donde quizás hay una vocecita que te dice «la música es invisible» no por nada Spinetta le puso así a una banda. Vos mirás «Yellow Submarine» de Los Beatles y te das cuenta que lo audiovisual siempre está pero en lo personal no me siento muy exigido por ese lado: me divierte la imagen y me gusta pensar ideas visuales.