Syd Barrett, fundador del grupo Pink Floyd y una de los figuras míticas y más misteriosas del rock por haber permanecido recluido desde hace décadas, falleció el 7 de julio de 2006 en su hogar de Cambridgeshire, Inglaterra, por complicaciones debido a la diabetes que sufría desde hace años.
Roger Keith «Syd» Barrett, líder original y miembro fundador de Pink Floyd, es una figura mítica del rock, uno de los pocos sobrevivientes a los excesos químicos de los ’60, aunque su supervivencia fue en estado catatónico hasta su muerte.
El músico alumbró los primeros delirantes discos psicodélicos y le dio a la banda una impronta única, convirtiéndose en objeto de culto.
Tras su decisión de retirarse, producto de desequilibrios emocionales y de los desastres producidos por poderosos cocktails de ácido lisérgico, Barret vivió con su madre en una casa de la campiña inglesa.
De vez en cuando algún medio despertaba del letargo al músico mostrando a un gordo calvo sacando la basura o caminando sin sentido por un jardín. Y esa fue la máxima conexión a la realidad que el músico tuvo desde el año 1968.
Su enfermedad influyó fuertemente a muchos músicos pero en especial a sus propios compañeros, los miembros de Pink Floyd, que le dedicaron maravillosas canciones como «Shine On You, Crazy Diamond», «Brain Damage» y otras más.
Barrett nació en la ciudad de Cambridge el 6 de enero de 1946, y conoció a Roger Waters y a David Gilmour en la Cambridge High School para varones.
A los 15 años, Syd tuvo su primera guitarra eléctrica, fabricó su propio amplificador e inició su primera experiencia musical tocando en el grupo Geoff Mott and the Mottoes.
Ya en el secundario, Waters lo invitó a sumarse al grupo The Abdas, formado por él, Rick Wright, Nick Mason y Bob Klose.
Las preferencias de Barrett por el blues provocaron remezones en la banda, al punto tal que se reformuló el nombre bautizandolo como Pink Floyd en homenaje a dos viejos y oscuros músicos de blues, Pink Anderson y Floyd Council.
En el Thompsan Private Record Company, un estudio de grabación situado en el sótano de una casa en Hemel Hampstead, la banda grabó sus dos primeras canciones: «Lucy Leave» (una versión de «Gloria») y otra versión de Slim Harpo, llamado «I’m a King Bee».
La banda debutó en vivo en el Roundhouse, el 15 de octubre de 1966, y allí sonaron los acordes de «Interestellar Overdrive», una de las mayores piezas de la psicodelia, con mucho aire a experimental.
En 1967, el grupo firmó un contrato con el sello EMI, que publicó su primer single: «Arnold Layne», compuesto por Syd Barrett, que narra la historia de un travestido que roba ropa de mujer del tenderero de sus vecinas.
El segundo single de la banda «See Emily Play» fue el primer gran éxito de la banda, que luego fue derecho a los estudios Abbey Road para grabar lo que sería su primer LP, «The Piper At The Gates Of Down».
Todos los temas fueron compuestos por Barrett, con excepción de «Take Up Thy Stethoscope & Walk», obra de Roger Waters.
Por aquella epoca, el LSD corría como agua de colores por los ambientes británicos más intelectuales, y Barrett no quiso quedarse sin experimentar con la droga.
Sumado a ciertos desequilibrios psicológicos que se perfilaban en la personalidad de Barrett, siempre retraído, silencioso, temeroso de la presión que se incrementaba sobre la banda, el LSD constituyó el principio del fin para el músico.
En una gira por los Estados Unidos, Syd falló en doblar las voces durante un programa de televisión y en el show de Pat Boone no fue capaz de contestar ninguna de las preguntas que se le hicieron.
Ante esta situación, Barrett decidió retirarse del grupo, irse a vivir con sus padres y quedar como compositor, por lo que Waters, que tomo la riendas de la banda, convocó a Gilmour, viejo amigo de Syd.
Durante algún tiempo, Gilmour fue sólo un sesionista de la banda, pero mantuvo el contacto con Barrett a quien ayudó a grabar su disco solista «The Madcap Laughs», publicado en 1969. Este álbum fue grabado y producido por Gilmour, Waters, Malcolm Jones y algunos miembros del grupo The Soft Machine como Mike Ratledge en teclados, Hugh Hopper en bajo y Robert Wyatt en batería.
El disco es muy difícil de asimilar, pero contiene canciones como «Dark Globe», «Here I Go» (el tema más comercial), «Octupus» (el mejor corte del LP), «Golden Hair» y «Feel», que lo convirtieron en objeto de culto.
En 1970, tras haber terminado de grabar junto con los Floyd «Ummagumma», Gilmour tocó a la puerta de su amigo que le presentó una serie de canciones más delirantes aún.
Gilmour corrió el riesgo y se convirtió en productor del disco «Barrett», mucho más disperso que el anterior, con destellos de genialidad, en canciones como «Baby Lemonade», «Dominoes», «Waving My Arms In The Air» o «Effervescing Elephant».
Luego, el público no supo más nada de él, y el contacto quedó reducido a sólo los miembros de Floyd que solían visitarlo en su retiro en la campiña británica.
La banda recordó que durante la grabación de «Dark Side of the Moon» (1973), su disco más exitoso, una figura alta y calva se apareció en la cabina de grabación para recomendarle algunos acordes a Gilmour y Waters y disfrutar un día con sus viejos amigos.
Los Floyd volverían a homenajearlo nuevamente en «Wish You Were Here» (1975), mientras su amigo volvía a perderse en la bruma ácida de los tiempos.