Mientras la colaboración entre Paul McCartney y Kanye West se ha traducido en un par de hits, el ex Beatle no estaba muy seguro de que esto fuese a funcionar.
En una entrevista, McCartney admitió que entró en las sesiones con la certeza de que iba a poder salir en cualquier momento, si era necesario.
«Lo primero que pensé fue: ‘Guau, ¿qué voy a hacer ahí?'», dijo en declaraciones al periódico The Sun. «West es increíblemente talentoso, pero también controvertido, y puede hacer algunas movidas excéntricas. Me di cuenta de que si no funcionaba, tenía que decírselo, darnos un apretón de manos e irme».
La primera canción del dúo que se conoció, «Only One», estaba inspirada en una de las melodías más famosas de McCartney. «Nos sentamos y hablamos muchísimo sólo para romper el hielo», continuó. «Una de las historias que le conté era acerca de cómo se me ocurrió escribir ‘Let It Be’. Mi madre, que había muerto años atrás, se me apareció en un sueño. En el sueño me decía ‘No te preocupes, todo va a estar bien, simplemente deja que sea’. Y me desperté y escribí la canción. Le dije esto a Kanye y me contestó: ‘Voy a escribir una canción sobre mi madre’. Así que me senté en el piano».
Algunos críticos afirman que esta sociedad con Kanye West le ayudó a McCartney cierta angustia en sus composiciones, algo similar a lo que ocurría con sus trabajos con John Lennon.
«Cuando escribía con John, él se sentaba con una guitarra. Yo también me sentaba. Nos gustaría hacer una especie de ping-pong hasta teníamos una canción. Era algo así», explicó McCartney.