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Sergio Dawi: «Siento un estado de plenitud en un escenario, sea para 100 personas o para muchísimas más»

07/09/2019 - Especiales
Sergio Dawi: «Siento un estado de plenitud en un escenario, sea para 100 personas o para muchísimas más»

Si bien Sergio Dawi es reconocido por haber sido el saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota desde el disco “Un baión para el ojo idiota”, el músico también ha construido una carrera en donde lo visual juega un rol preponderante.

Tanto en Dosaxos2 -su proyecto con Damián Nisenson-, como en Semidawi -con el artista plástico y ex bajista de los Redondos Semilla Bucciarelli– o en Estrellados, Dawi siempre se ha caracterizado por vincular los sonidos con las artes visuales.

«Estoy entrenado a estar en estado de plenitud en un escenario, sea para cien personas como para muchísimas más», explica el músico respecto de sus actuaciones en vivo. «Hay un estado, un nervio, una pulsación y también una libertad que te da el estar en un escenario, y creo que eso se acompaña con una convicción: que uno cree en lo que está haciendo».

Sobre sus primeros vínculos con el arte, Dawi recuerda: «En mi casa había un piano, un violín… mi madre es música, y mamé los sonidos desde la cuna, te diría. En un momento de la vida me fui a vivir a España, estuve casi diez años, y ahí empecé a incorporar el saxo. Ahí trabajaba de músico. De chico tenía incorporada la lectura y pude participar de un montón de formaciones que tenían que ver muchas veces con el baile y muchas veces con la música étnica. Esa fue un poco la base previa a mi llegada a la Argentina, en 1983… 1984».

«Mi viejo era cineasta, era director de cine, tengo un hermano que vive en Ecuador, Ariel, que es pintor… y todo eso fue lo que me nutrió, lo que me alimentó», explica sobre las influencias de las artes visuales. «Siempre está presente esta comunicación de lo visual y lo sonoro… este desafió que (está presente) en cada propuesta que me invulucro, quiero encontrar cosas que me sienta identificado. Entonces esto es algo que no me lo planteo pero me sale por naturaleza».

«Al año de estar haciendo esto con Damián, Dosaxos2, en el Parakultural, me convocan a entrar a los Redondos», cuenta Dawi sobre su ingreso a la banda del Indio Solari y Skay Beilinson. «En el comienzo tocábamos en lugares chicos y hacíamos muchos shows, y cuando los shows empezaron a ser más convocantes eran menos los que hacíamos durante el año. Fue un poco la naturaleza de la banda, que llegó hasta el punto de los estadios».

«Fue algo realmente natural, fue algo paulatino y como nosotros teníamos un estado de conciencia de eso lo fuimos incorporando como tenía que ser, con tranquilidad», reflexiona. «También éramos toda gente grande, que sabíamos dónde estábamos parados».

«Con Semidawi estamos recorriendo el país, o los shows que estamos haciendo aquí en Capital, estamos sorprendidos con lo que sucede con el público. Porque en esta propuesta que es una propuesta experimental, que es una propuesta de búsqueda, muchos que venían con el sueño de encontrar dos músicos que tocan cosas de los Redondos y ven estas rarezas, se ven atrapados en algo que desconocían», cuenta. «Cuando el público ve que ese trazo que está haciendo Semilla puede ser la ladera de una montaña, la nariz de un tipo acostado o una flor que se cae empieza a ser cómplice de esto y empieza a entender este lenguaje que tiene más que ver con lo onírico».

«La verdad que me siento un privilegiado de haber que he tenido la oportunidad de estar en lugares, en momentos, en escenarios y haber transmitido lo que se me iba ocurriendo, tanto individualmente como en todas las producciones grupales, porque siempre hay un grupo, hay una cosa grupal que sostiene… y cada uno con su instrumento se manifiesta», sentencia.