Tras revolucionar la escena del metal sinfónico como vocalista de Nightwish a partir de su particular registro soprano, la cantante finlandesa Tarja Turunen regresará a la Argentina para presentar «Best Of: Living The Dream», un álbum de grandes éxitos en el que compila 15 años de trayectoria solista,
El viernes 15 de septiembre Turunen ofrecerá un concierto en Studio Theater, en la ciudad de Córdoba, y al día siguiente hará lo propio en el porteño Teatro Flores.
«Siempre mis visitas a la Argentina son simplemente increíbles. Me siento como regresando a casa otra vez, así que estoy muy emocionada y feliz por esta oportunidad de volver. Estoy segura de que los shows serán divertidos y muy emotivos para todos. Es maravilloso visitar Córdoba, ya que ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que fui», se entusiasmó la vocalista en una entrevista con la agencia Télam.
Se tratará del reencuentro con una artista a la que hasta no hace muchos años atrás era habitual ver por barrios porteños debido a su matrimonio con un empresario local que, como hecho anecdótico, la convirtió en una reconocida hincha de San Lorenzo de Almagro.
Pero esta cercanía con nuestro país, producto de su eventual residencia, no debe hacer perder de vista su relevancia en la escena del heavy metal, cuando a mediados de los 90 desde Nightwish sorprendió al introducir el canto lírico en el género.
Aunque no formará parte del repertorio que estará mostrando en Buenos Aires, precisamente la intérprete acaba de editar otro disco en donde ambos mundos se entrelazan, registrado en vivo en 2016 en Wacken Church, una milenaria iglesia Alemana, ubicada en la ciudad que alberga el Waken Open Air, uno de los festivales más importantes de heavy metal.
«Rocking Heels: Live at Metal Church» es el testimonio del concierto que abrió la edición de ese año, en donde en ese particular entorno, Tarja interpretó versiones de clásicos del género de artistas como Metallica, Slipknot, Linkin Park, Megadeath, Rammstein, Joe Satriani, e incluso algunas composiciones propias y de Nightwish, junto a una formación de piano, cello y violín.
Antes de su llegada a la Argentina, Tarja Turunen habló con la agencia Télam sobre sus dos flamantes discos, recordó el panorama musical existente cuando dio sus primeros pasos en Nightwish y manifestó su «odio» al autotune, entre otros conceptos.
P: La nueva gira que te trae de regreso a nuestro país está centrada en tu disco compilatorio «Best Of: Living The Dream. ¿Cómo fue el trabajo de selección de esas canciones?
Tarja Turunen: El álbum principal incluye las canciones favoritas de los fans y las que han sido lanzadas como singles en el pasado, pero quería lanzar algunas versiones diferentes de los álbumes para que mis seguidores o aquellos que no me conocen aún como artista pudieran tener la chance de conocerme mejor. En estas versiones de edición limitada, pude elegir mis pistas favoritas de rock y canciones que no son tan conocidas, incluso para los fanáticos más acérrimos. Disfruté mucho trabajando en este lanzamiento porque es increíble darme cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo y de la cantidad de hermosos discos que hice en mi carrera. Han pasado 18 años desde que comencé mi viaje solista. Es el doble de tiempo de lo que pasé en la banda como cantante.
P: ¿Qué podés comentar sobre tu actuación en Wacken Church en 2016, que ahora fue editada en un disco?
TT: Ese concierto fue un evento único. Me encanta desafiarme como cantante y ese concierto fue realmente un desafío para mí porque la mayoría de las canciones fueron covers de bandas de metal muy importantes que sigo y me gustan. Estaba muy emocionada de poder hacer un concierto como ese en Wacken para una audiencia metalera, ya que estoy muy acostumbrada a brindar conciertos de música de cámara en mi carrera. Sentí que el público apreciaba nuestra actuación y fuimos ovacionados de pie en varios momentos. Después de tanto tiempo, es genial poder lanzarlo y mostrar lo que pasó esa noche hermosa. Wacken Open Air proyectó mi interpretación del «Ave María» de Schubert desde la iglesia para las 80.000 personas que asistieron al festival al día siguiente, justo antes de mi actuación rockera en el festival. Imaginarás cómo me sentí mientras caminaba hacia el enorme escenario de Wacken. ¡Fue simplemente increíble!
P: ¿Cómo encaraste el trabajo vocal? ¿Fue del mismo modo a cuándo actuás con tu banda de rock ante un público estrictamente metalero?
TT: Estudié y me especialicé en canto lírico y este tipo de conciertos son como los que brindo como cantante clásica. Todo es delicado, en armonía y la narración es una parte clave de la actuación. Aun así, no diría que solo usé mi voz como una cantante lírica en ese concierto, pero el estado de ánimo es el mismo. Con la banda de rock y la amplificación, mi manera de cantar cambia un poco, no es tan detallada como en este tipo de conciertos, donde el lugar es más pequeño y el acompañamiento es de unos pocos instrumentos clásicos. El ambiente y la naturaleza del evento cambia naturalmente mi forma de actuar.
P: ¿Dónde te sentís más cómoda? ¿En el canto lírico o como vocalista de rock?
TT: Con mucho gusto en ambos casos. Trabajé muy duro para romper los límites a lo largo de mi carrera. No llegué a trabajar profesionalmente como cantante lírica con el éxito que tuve con la banda. Mi carrera en el rock despegó cuando era joven. Pero siempre mantuve mi formación en canto lírico como una prioridad en mi vida. Nunca me consideré una cantante lírica profesional porque no lo soy, sin embargo, sin el entrenamiento constante y los sacrificios, no hubiera tenido la carrera ni la voz que tengo.
P: Pasaron muchos años desde tus inicios en Nightwish. ¿Cómo recordás la escena de entonces y qué cambios sentís a partir de tu aporte?
TT: Recuerdo que cuando comencé con la banda eran pocas las chicas en el mundo del metal sinfónico. No había tantas como hoy en día. Veo y escucho mi influencia en la escena, lo que me hace sentir muy orgullosa y feliz; sobre todo, porque nunca pensé en convertirme en un modelo a seguir para alguien en el metal. Sucedió sin que me lo propusiera. Es un ejemplo que demuestra que nada bueno llega sin esfuerzo y trabajo duro.
P: Actualmente, hay un uso excesivo del autotune por parte de muchos cantantes. ¿Qué opinás al respecto?
TT: ¡Odio el autotune! (risas). Puedo notarlo inmediatamente cuando lo escucho y no me gusta. Soy una cantante emocional, una intérprete, y no canto con una afinación perfecta, pero siento que no es tan importante como entregar emociones, hacer que las personas sientan algo durante mi actuación. Si la música no transmite emociones, no es música para mí. Simplemente, no podés reemplazar a un humano con una máquina.
Por Hernani Natale (Télam)