En 2006, James Brown fue declarado muerto de un ataque al corazón en las primeras horas de la mañana de Navidad. Sin embargo, una nueva investigación dirigida por CNN sugiere que la muerte del «Padrino de Soul» podría no haber sido por causas naturales, sino posiblemente por asesinato.
La revelación es parte de un exhaustivo informe de la cadena de noticias que incluye entrevistas con cerca de 140 personas, viajes a través de nueve estados, decenas de miles de páginas de registros policiales y judiciales, 1.300 páginas de mensajes de texto y pruebas forenses. Uno de los puntos clave del informe es el Dr. Marvin Crawford, quien dijo que siempre ha sospechado de alguna conducta criminal, a pesar de haber firmado el certificado de defunción de Brown en el hospital de Atlanta donde murió.
«Cambió demasiado rápido», dijo Crawford. «Era un paciente que nunca hubiera anticipado que pudiera morir… Pero murió esa noche, y yo planteé esa pregunta: ¿qué salió mal en esa habitación?».
Tras la muerte de Brown, Crawford dijo que recomendó una autopsia, que la hija del cantante, Yamma, rechazó. CNN consultó a Yamma, pero ella no quiso hacer comentarios. La otra hija de Brown, Deanna, también fue contactada en relación con los restos de su padre luego de acusaciones de que su cripta podría estar vacía. No pudo confirmar ni negar esas versiones.
La investigación comenzó en 2017 cuando una cantante de circo llamada Jacque Hollander se contactó con un periodista de CNN, insistiendo con que tenía información sobre la muerte de Brown, lo que llevó a otra revelación desgarradora: ella y Brown habían compuesto algunas canciones juntos en los 80, y en 1988, alegó que la violó. Aunque Brown nunca fue procesado, Hollander comenzó a recolectar pruebas relacionadas con él y sus asociados, específicamente documentos y cintas recopiladas durante 30 años.
Otro descubrimiento sorprendente involucra la muerte de la tercera esposa de Brown, Adrienne, quien falleció en 1996 mientras se recuperaba de una cirugía plástica. CNN fue contactada por el detective de policía retirado que investigó el caso; el detective compartió las páginas de un cuaderno que le entregó un informante confidencial en 2001. En esas páginas, el informante alegó que un médico había confesado haber matado a Adrienne al inducir una sobredosis fatal de drogas. El médico negó cualquier acusación.