Willy Quiroga, bajista y cantante de la mítica banda Vox Dei, cuenta que «el álbum que realmente nos abrió las puertas fue el primero, ‘Caliente'», más allá de la importancia de la obra conceptual «La Biblia». Además, recuerda sus comienzos en la música cantando tango y folclore y la diferencia de edad con sus compañeros de Vox Dei.
«Desde chico era cantor porque escuchaba tango en Barracas, donde fueron a vivir mis padres», explica. «En Barracas escuchaba tango o folclore… a mí me sigue gustando el tango, el folclore, pero cuando a los 12 años aparecen Elvis Presley y Bill Haley, ahí me picó un poquitito la cosa».
«A los 17 años me compré mi primera guitarra, una criolla, y con unos amigos del barrio hicimos un conjunto folclórico llamado Los Chúcaros; estuvimos como cuatro años haciendo folclore con Margarita Palacios, que tenía un conjunto bailable y nosotros hacíamos la parte de apertura del show», agrega.
El acercamiento definitivo al rock llegaría unos años después. «Al final vino un loco y me dice si quería tocar el bajo… él tocaba la guitarra eléctrica y así empezamos a tocar», cuenta. Y amplía:»»Yo (recién) llego a Vox Dei cuando tenía 27 años… ¡yo tenía 27 y ellos 17!. Yo llegué con la experiencia, subía al escenario tranquilo y ellos estaban a veces un poco nerviosos, hasta que finalmente nos fuimos acostumbrando… como a todo, en la vida uno se acostumbra».
Tras un largo peregrinaje entre sellos discográficos que los rechazaban, finalmente llegó el tan ansiado contrato. Quiroga recuerda: «Anduvimos desde el año 67 hasta el 69 dando vueltas con unas grabaciones que habíamos hecho buscando algún sello o alguien interesado, hasta que en el año 69 conocemos a la gente de Mandioca… yo tenía una tarjeta, llamé , me atendió alguien y me dijo que sí, que me recibía, que le llevara el material».
«Le llevamos ‘Cuando un hombre ama a una mujer’ (When a Man Loves a Woman) de Percy Sledge y ‘Gimme Some Lovin» del Spencer Davis Group, pero cantados en inglés», aclara. «Se cantaba en inglés porque era lo que venía, hasta que Manal y Almendra empezaron a cantar en castellano y nosotros dijimos ‘¿por qué no?’. Era muy evidente que si el 5 o el 10 por ciento de las personas que iban a ver al grupo entendían lo que decíamos, cantando en castellano íbamos a llegar al 100 por ciento».
«‘La Biblia’ es importante porque el marco que rodea a ‘La Biblia’ lógicamente es impresionante, pero el álbum que realmente nos abrió la puerta fue el primero, ‘Caliente'», reconoce. «En ese álbum éramos cinco, porque teníamos un muchacho panameño, Rolando Morris Robinson, tocaba el bongó, tocaba las tumbadoras, hacía percusión… sin darnos cuenta íbamos para el lado hacia donde iba Santana, pero nosotros no conocíamos a Santana. Jorge Álvarez, el director de Mandioca, cuando nos preguntó si habíamos escuchado a esa banda le dijimos que no, no teníamos la menor idea. Nos hizo escuchar a Santana y nos dimos cuenta que también ellos hacían ese tipo de música»
Sobre ese álbum debut, lanzado en 1970, Quiroga menciona que «estaba ‘Canción para una mujer’, ‘Presente’, ‘Azúcar amargo’, ‘Compulsión’… ‘Compulsión’ es una canción que escribí porque en ese momento estaba trabajando en una compañía de ascensores, y la letra dice que siento que mi vida está vacía, que necesito saber cuándo voy a despertar, cuándo voy a sentirme vivo».
En cuanto al impacto logrado por el grupo, reconoce que «tuvimos suerte, porque había todo un camino inexplorado, un camino virgen hacia adelante. La prueba está en que todas las bandas que comenzamos somos completamente diferentes… Los Gatos eran una cosa, Almendra otra, Manal otra y nosotros los Vox Dei otra… y Moris… cada uno tenía una particularidad muy distinta a los otros. Hoy en día es un poco más difícil».