El 10 de octubre de 1988, el cuarteto irlandés U2 publicó el ambicioso álbum «Rattle and hum», una colección de canciones que profundizaba la senda iniciada por «The Joshua Tree» un año antes. La banda siguió buceando en las raíces del rock estadounidense, del blues y del folk, llegando incluso a grabar en los míticos Sun Studios de Memphis, por donde pasaron leyendas como Elvis Presley, Johnny Cash o Roy Orbison.
Producido por Jimmy Iovine, cofundador del sello discográfico Interscope -que tenía en su catálogo trabajos de John Lennon, Bruce Springsteen, Patti Smith o Dire Straits-, el álbum incluía el single «Desire» (el primero de la banda en alcanzar el número uno del chart británico), temas grabados en vivo (entre ellos, versiones de «Helter Skelter» de los Beatles y «All Along the Watchtower» de Bob Dylan, «Pride (in the Name of Love)» o «I Still Haven’t Foud What I’m Looking For») y una colaboración con B.B. King («When Love Comes to Town»).
El álbum doble sirvió como acompañamiento de la película homónima. Para algunos fue la coronación de U2 como la banda de rock más grande del planeta y, para otros, un verdadero despilfarro. El rockumental del director Phil Joanou fue lanzado por un estudio grande (Paramount) y estrenado el 27 de octubre de 1988 en más de mil salas de los Estados Unidos (algo poco habitual para un documental sobre rock).
Si bien la intención era una vuelta a las raíces y a lo básico, el lanzamiento tanto del álbum como de la película no coincidía con esa idea, sino todo lo contrario. Parecía haber más arrogancia que humildad en las imágenes de sus conciertos en grandes estadios.
Cuatro irlandeses en América
Originalmente, la película se iba a titular «U2 in the Americas», ya que la banda planeaba filmar conciertos en Chicago y Buenos Aires. Más tarde se decidió que el lugar de Chicago no era adecuado, y se buscó el McNichols Sports Arena en Denver. Tras el éxito de «Live at Red Rocks: Under a Blood Red Sky», que había sido filmado en Denver cuatro años antes, la banda esperaba que «un rayo caiga dos veces en el mismo lugar». Con problemas de producción y costos estimados en 1,2 millones dólares, la banda canceló los planes para los shows de diciembre en Sudamérica. A sugerencia del promotor de conciertos Barry Fey, la banda en cambio reservó el Sun Devil Stadium en Arizona.
El álbum abre con un cover en vivo de «Helter Skelter» de The Beatles. Su inclusión en el disco fue pensada por la banda para reflejar la confusión que los rodeó durante «The Joshua Tree Tour» y su estatus de noveles súper estrellas. Bono hace una introducción a «Helter Skelter» con estas palabras: «Esta es una canción que Charles Manson le robó a los Beatles… la estamos robando de vuelta». Tal vez no haya sido la frase más afortunada.
Bono encontró a alguien a quien culpar por la controvertida idea de buscar en las raíces. «(Bob) Dylan fue responsable de ‘Rattle and Hum’ porque fue él quien dijo que tenés que entender el pasado, de dónde viene la música. Me habló de The McPeake Family y los Clancy Brothers y luego de Hank Williams y Leadbelly, ninguno de los cuales conocíamos».
Allá por 1988, Bono no tuvo miedo de juguetear con el lado grandilocuente de «Rattle and Hum». «Saben, dicen que en los años 80 el rock ‘n’ roll está muerto», dijo Bono a Rolling Stone. «No creo que esté muerto, pero si se está muriendo es porque grupos como nosotros no estamos tomando los suficientes riesgos. Ya sabés, hacer una película. Ponerse ahí contra todo lo que hay afuera, Robocop y Three Men and a Baby. Eso es genial para el rock ‘n’ roll, no solo para U2. Creo que tenés que atreverte». En cuanto a la controvertida frase sobre Manson y los Beatles, «si eso va a levantar la nariz de algunas personas, mucho mejor. Ni siquiera sé lo que significa. Sin embargo, significa algo».
En 1988, The Edge también parecía preocupado por cómo era percibida la imagen de Bono. «La gente tiene esta extraña idea de él como un ser humano perfecto, y ahora reaccionan en estado de shock y horror cuando se den cuenta de que se parece mucho a los demás. De alguna manera, tiene un gran problema porque se lo conoce como un gran portavoz de una generación… con canciones como ‘Sunday Bloody Sunday’ en particular. ¡Pero esa fue en realidad mi idea, y todo ha sido resultado de esa canción!».
El cierre de una etapa
A pesar de no haber reunido consenso entre los críticos, el disco fue un éxito comercial, con 14 millones de ejemplares vendidos en términos globales y alcanzando el número uno en los charts de varios países del mundo. Además, «Desire» les valió un premio Grammy. Después de una gira de promoción que no pasó por los Estados Unidos, la banda evaluó el rumbo a seguir, con Bono anunciando en un concierto en Dublín: «Esto es el final de algo para U2… Tenemos que alejarnos y soñar todo de nuevo».
Con su próximo álbum, «Achtung Baby», y la gira resultante «Zoo TV», se deshicieron del idealismo quizás demasiado obvio e incluso dejaron de lado las raíces y abrazaron la electrónica. Irónicamente, acercándose más al pop, U2 logró ser tan serio como siempre quiso. Y con eso, el grupo se aseguró la supervivencia.
En una entrevista de 2005 con el editor de Rolling Stone Jann Wenner, Bono sugirió que «Rattle and Hum» representaba el final de una era abiertamente sobria para U2, mientras intentaban convertirse en la banda más grande del mundo. En el período de «The Joshua Tree», «fuimos muy serios. Lo cual explica esas fotografías icónicas de caras pedregosas, en las que Anton Corbijn solo tomaría la fotografía después de que dejáramos de sonreír. Recuerdo que el mánager Paul McGuinness me dijo: ‘Corren el riesgo de parecerse a esos hombres tan estúpidos que disfrutan de estar en el número uno’. Siempre nos hemos divertido, pero en nuestra imagen pública somos un poco cohibidos, y tenemos que deshacernos de un poco de ese equipaje moral, lo que tenemos que hacer en Zoo TV [en los ’90]».
En el mismo artículo de Rolling Stone, Phil Joanou parecía menospreciar su propia película. El tono serio del documental fue «totalmente mi culpa», dijo. «La película tenía que ser una representación bastante seria de su música, en lugar de una liviana. Tengo imágenes que podrían haber cambiado eso, pero mi plan era hacer un ataque agresivo, agarrar a la gente por la garganta y sacudirla, y no un paseo por los Estados Unidos con U2. Eso era algo que no podía tragar, así que dimos un aspecto demasiado serio, demasiado pretencioso de U2. ¿Eso es una crítica justa, pero que demonios?».
Una de cal y una de arena
En cuanto a «Rattle and Hum», visto a la distancia se puede elegir lo que funciona: varias de las canciones originales y muchas grabaciones de conciertos bien grabadas. Y olvidar las lamentables frases y las visitas a la tumba de Elvis. Incluso si simboliza el momento más tenso, de transición y autodescubrimiento de U2, no es una mala manera de repasar aquellos años.