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Hace 25 años, Sepultura incorporaba ritmos tribales al heavy metal en «Roots»

19/02/2021 - Retro
Hace 25 años, Sepultura incorporaba ritmos tribales al heavy metal en «Roots»

En toda la historia del heavy metal, «Roots» es uno de los discos que más ha polarizado a los fans del género. Sepultura se había convertido rápidamente en el estándar del thrash después de «Beneath the Remains» (1989) y «Arise» (1991), pero encontró su afinidad por el groove en el siguiente, «Chaos A.D.» (1993). En «Roots», la banda brasileña llevó las cosas a un nuevo terreno: «Roots Bloody Roots», «Spit» y «Straighthate» son buenos ejemplos del sonido que ayudó a hacer germinar el nu-metal, pero también presentó emociones crudas y viscerales que siempre estuvieron en el centro de la música del grupo.

En su sexto álbum, los brasileños se aferraron a las influencias de su tierra más que nunca. Los cantos tribales indígenas, los ritmos latinos y las influencias de la world music impregnaron «Roots», haciendo que su escucha sea dinámica, aunque no menos polémica.

«Decidimos hacer un álbum que expandiera lo que comenzamos en ‘Chaos A.D.'», dijo el cantante y guitarrista Max Cavalera cuando salió el disco. «Ya habíamos usado esta percusión inusual con música pesada y funcionó muy bien, así que pensamos que podíamos hacer algo más. Por eso trajimos al músico brasileño Carlinhos Brown a la escena. Es un tipo loco y mágico».

Sepultura había invitado a Brown a unirse a ellos en un concierto de MTV Brasil en 1995. Para la última canción del show, «Kaiowas», varios músicos, entre ellos Brown, tomaron un tambor y tocaron juntos.

«Al final del concierto supe que Carlinhos era el hombre indicado para ‘Roots'», dijo Max. «Y una vez que tuvimos un percusionista, pudimos buscar una tribu real que pudiera hacer del disco una mezcla aún más auténtica de música pesada y cultura brasileña. Durante los últimos ocho años, todo el mundo me preguntaba cuándo iban a aparecer realmente nuestras raíces en nuestro sonido. Nadie va a escuchar este disco y pensar que somos de Los Ángeles», agregó.

En una reciente entrevista, el baterista Igor Cavalera explicó: «Estábamos experimentando con un montón de cosas, y recuerdo que tuve esta charla con Max, donde sentimos que no había una forma de profundizar más en nuestras raíces que hacer algo con las tribus brasileñas».

Y agregó: «Eso nos inspiró a lo largo de todo el disco, fue toda una inspiración sobre cómo estaban ahí antes que nadie, y ya estaban haciendo música. Así que fue la conexión más profunda que podés encontrar, en mi opinión, son los nativos de Brasil. Y tener la oportunidad de ir ahí y grabar con ellos, fue increíble. Y eso es algo loco».

Después de acercarse a un centro cultural de música indígena, Sepultura pudo contactar a la tribu indígena Xavante, que vive en las remotas selvas del Mato Grosso. Cuando conocieron al jefe de la tribu, Max sintió una poderosa vibra espiritual. Los Xavantes querían escuchar una muestra de la música de Sepultura, entonces la banda les tocó «Kaiowas» tal como lo habían hecho en el show para MTV Brasil.

«Cuando terminamos, empezaron a hablar entre ellos y no entendíamos nada de lo que decían», contó Max. «Pero el jefe hablaba un poco de portugués y dijo que les gustaba y que querían volver a escucharla. Así que la tocamos de nuevo. Probablemente ese haya sido el público más intenso para el que hayamos tocado, porque era un tipo de público diferente… eran 200 indios sentados y escuchando».

Para la sesión de grabación real con los Xavantes, Sepultura hizo 15 tomas de dos canciones diferentes, «Itsari» y la pista extra de 13 minutos «Canyon Jam». «Seguimos tocando y al final usamos las mejores grabaciones que teníamos», recordó Max. «La experiencia fue increíble, pero también extraña. Estábamos cubiertos de picaduras de mosquitos porque antes de ir pensamos que teníamos un repelente especial… pero no funcionó para una mierda. Además, no había electricidad, por lo que teníamos las baterías del auto conectadas a los grabadores. El problema con eso era que no podíamos escuchar las cosas que habíamos grabado porque no había suficiente energía. Así que hicimos 15 tomas y rezamos para que todo lo que habíamos hecho haya quedado grabado».

Eso que se grabó ayudó a definir el espíritu de «Roots», pero también hubo otros factores que contribuyeron al ambiente creativo del disco. Desde que salió «Chaos A.D.», Max había sido arrestado dos veces, una en Brasil por ultrajar la bandera del país superponiendo una gran «S» y luego exhibirla en un concierto, y nuevamente en Phoenix, Estados Unidos, por tener un altercado con algunos lugareños.

«Mi esposa y yo fuimos a ver un concierto de Rage Against the Machine, y cuando salíamos del show para ir a casa, un jeep lleno de jóvenes empezó a insultarnos», recordó. «Grité: ‘¡Váyanse a la mierda! Y volvieron con armas y dispararon contra nosotros. Me asusté mucho porque mi esposa estaba embarazada y yo estaba tratando de protegerla. La policía escuchó los disparos y apareció. Tomaron mi pasaporte, que era brasileño, y dijeron: ‘Te vamos a deportar… eh’. Les expliqué que estos tipos nos habían disparado a nosotros y era como hablar con una pared. La policía me ignoró y se les ocurrió su propia historia. Nos echaron la culpa y dejaron ir a esos idiotas. Pasamos 18 horas en la cárcel y todo el tiempo estuve pensando: ‘Cuando salga voy a escribir muchas canciones de odio’. ‘Straighthate’ es una canción muy personal y llena de odio. Quizás la más odiosa que haya escrito. Se trata de estar harto de toda la gente que te menosprecia por lo que sos», contó.

«Sick» es una descripción precisa del ritmo tribal y el odio hirviente que comprende «Roots». «Attitude», por ejemplo, abre con los sonidos exóticos de un instrumento brasileño de una sola cuerda llamado Berimbau, que se transforma en una tormenta de feedback de guitarra y percusión tribal antes de estallar en una explosión de furia rítmica. En todo momento, «Roots» es implacable, lleno de sonidos experimentales, pero lleno de ira y agresión que esos pasajes aventureros lo único que hacen es aumentar la fuerza.

Además de trabajar con la tribu Xavante y Brown (que contribuyó a «Ratamahatta», «Dictatorshit» y «Endangered Species»), Sepultura reclutó a algunos amigos para que le ayudaran a escribir y tocar, entre ellos Mike Patton (vocalista de Faith No More), Jonathan Davis (cantante de Korn), David Silveria (exbaterista de Korn) y DJ Lethal (de House of Pain y Limp Bizkit). «Para nosotros fue como un gran álbum de improvisación», dijo Max. «Trajimos a todos estos invitados, escribimos canciones en el estudio. Nunca habíamos hecho eso antes, así que fue muy divertido, aventurero e impredecible».

Igor explicó que «Roots» «rompió muchas barreras» tanto para Sepultura como para el heavy metal en general. «Estamos hablando de personas como Dave Grohl, Moby, todas estas personas, en ese momento, estaban prestando atención a lo que estábamos haciendo», expresó.

«Y eso fue realmente especial. Y luego, por supuesto, no a todo el mundo le gusta. Hay gente que no cree que sea nuestro mejor disco, por ahí les gusta más ‘Arise’, les gusta ‘Beneath The Remains’… pero era un disco necesario en ese momento, donde realmente estábamos corriendo los límites de la música. Y desde ese momento, influenciamos a muchas bandas para que investigaran sus raíces. Incluso las bandas noruegas de black metal comenzaron a hacer cosas con sus raíces».

«Creo que ese álbum fue un gran paso en la dirección correcta para romper barreras, y también para que la gente tenga una mente más abierta», concluyó.

Teniendo en cuenta lo novedoso que era «Roots», hubiera sido increíble escuchar lo que Max y sus compañeros podrían haber creado en el futuro. . Lamentablemente, eso nunca sucedió. En 1996, Max dejó la banda después de que el resto de Sepultura anunciara que querían trabajar con un nuevo equipo de producción y representación. Eso habría significado echar a la esposa de Max, Gloria Cavalera, como representante del grupo, lo que provocó una disputa de 10 años entre los hermanos Cavalera que terminaría recién en 2007, cuando formaron Cavalera Conspiracy.

«Sentí que le estaban mordiendo la mano a la gente que nos daba de comer, ¿entendés?», dijo Max. «Esta gente se arriesgó por nosotros. Gloria trabajó para nosotros durante dos años sin ganar un dólar, solo por la pasión de la música. Así que dije: ‘Si así es como van las cosas, me voy. No puedo hacerlo. No puedo ponerme una máscara y seguir haciendo lo que hago sabiendo que apuñalé por la espalda a un grupo de personas que confían en mí’. Y el hecho de que Igor volvió a mí, eso es una prueba de que estaban equivocados y no deberían haberlo hecho. Deberíamos habernos quedado como estábamos, con la gente que teníamos, porque lo estábamos haciendo bien. ¿Por qué cambiar las cosas cuando están bien?».

Si bien la decisión de ir más allá en su sonido podría aparentemente limitar su público, en realidad tuvo el efecto contrario. «Roots» fue bien recibido por oyentes de todo el mundo, y su estilo distintivo ayudó a la banda a separarse de otros grupos de nu-metal de la época. El álbum, publicado en Europa el 20 de febrero de 1996 y en los Estados Unidos el 12 de marzo del mismo año, fue certificado disco de oro en ocho países, incluyendo los Estados Unidos. Sigue siendo el álbum más vendido del catálogo de Sepultura.

«Es un álbum con mucha furia, extraño, que incorpora muchos tipos diferentes de cosas. Realmente tiene su propia identidad y no creo que podamos repetir este álbum de nuevo incluso si lo intentásemos», cerró Max.


Texto: Rodolfo Poli / Especial para CRock.com.ar