Lemmy Kilmister, el líder de Motörhead fallecido el pasado mes de diciembre a los 70 años, ya tiene su estatua a tamaño natural en su bar favorito, el icónico Rainbow de West Hollywood, en Los Angeles, California.
El artista local Travis Moore ha sido el principal impulsor de este homenaje, que ha sido financiado también con una exitosa campaña de crowdfunding que alcanzó sus objetivos con rapidez desde hace meses (lo que ha sobrado se ha donado a la lucha contra el cáncer).
En declaraciones al L.A. Weekly, quien fuera mánager de Motörhead, Todd Singerman, destacó que esta estatua es un tributo que surge desde los propios fans y que no tiene nada de corporativo. «Hemos intentado mantenernos alejados del proyecto», indicó.
«En cada concierto, Lemmy decía ‘no nos olviden, nosotros somos Motörhead y tocamos rock ‘n’ roll’. Ese es mi trabajo ahora», agregó Singerman, quien ahora está centrado en la apertura de un bar y un museo de Motörhead.