Fue uno de los inventores del rock and roll en los años 50 y sentó las bases para el funk y el soul: Little Richard, que hoy cumple 85 años, tuvo unos orígenes humildes pero se convirtió en una superestrella.
Además, es uno de los pocos padres de ese estilo que sigue vivo. «Sólo quedamos Jerry Lee Lewis y yo», reconoció en octubre tras la muerte de Fats Domino.
Richard Wayne Penniman nació en 1932 en el seno de una familia afroamericana muy humilde del sur de Georgia, en medio de la segregación racial que existía en aquella época. “Vengo de un barrio pobre y eso nunca se olvida”, afirmó en una ocasión.
Era tan flaco que lo apodaron Little Richard, nombre que conservó durante toda su carrera artística. Tercero de 12 hermanos, su padre era contrabandista de whisky y fue asesinado cuando él tenía 19 años. “Me rompí por dentro”, contó alguna vez. Aquella experiencia le dio fuerzas y el convencimiento y la perseverancia para saber que algún día conseguiría lo que quería.
En aquel entonces los negros de Georgia sólo vivían en zonas insoportablemente ruidosas junto a las vías del tren, recordaba: “los trenes hacían temblar las casas por la noche. Yo los escuchaba de niño y pensaba: ‘Algún día haré una canción que suene exactamente así’”.
Su carrera
Con un grito, casi incomprensible, Little Richard lanzó el rock and roll al mundo. «A wop bop a loo mop alop bom bom» aulló al empezar a grabar la ya legendaria «Tutti Frutti» en un estudio de Nueva Orleans. La idea de ese arranque le había llegado poco antes, sobre el escenario, inspirado por un ritmo de batería.
«Tutti Frutti» escaló en los ránkings y el hasta entonces desconocido Little Richard se convirtió en una estrella de la noche a la mañana. Aquella canción abrió una nueva era en la música, asegura la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
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Durante tres años disfrutó de las mieles del éxito, hizo giras por los Estados Unidos y sus conciertos reunían a blancos y negros en plena segregación racial, para indignación de los políticos y asociaciones ultraconservadoras. Por aquella época publicó canciones como «Long Tall Sally», “Good Golly, Miss Molly” y “Lucille”, que fueron interpretadas por artistas como The Beatles, Elvis Presley y Creedence Clearwater Revival, entre muchísimos otros.
La religión
Pero de pronto, todo se acabó. En 1957, durante un viaje para tocar en Australia, Little Richard decidió por sorpresa dejar la música y convertirse en predicador. Desde entonces el extravagante músico vive entre la iglesia y la música.
Intentó volver al espectáculo en varias ocasiones, ayudó en sus inicios al joven Jimi Hendrix, salió de gira por Europa con los Rolling Stones, entonces bastante desconocidos, intentó hacer carrera como actor y publicó discos imprescindibles para el funk y el soul. Pero siempre volvía a su mundo religioso y al gospel.
Desde hace años vive en Tennessee, alejado de los reflectores, y suele especularse sobre su estado de salud. Pero él asegura que se encuentra bien. «Dios fue bueno conmigo. Voy a la iglesia todos los sábados, no falto nunca, me siento estupendo», afirmó recientemente en una de las pocas entrevistas que concedió.
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